Las restricciones fuerzan a las mujeres a buscar métodos peligrosos y clandestinos para interrumpir sus embarazos.
El Estado marroquí ha fallado en su deber de garantizar servicios de salud sexual y reproductiva accesibles y de calidad, incluidos los servicios de aborto, lo que expone a mujeres y niñas a situaciones de peligro y vulnera sus derechos humanos. Esta es la contundente denuncia de Amnistía Internacional en su reciente informe «My life is ruined: The need to decriminalize abortion in Morocco».
CONSECUENCIAS RUINOSAS DE LA PENALIZACIÓN DEL ABORTO
El informe de Amnistía Internacional revela que la penalización del aborto en Marruecos tiene efectos devastadores en la vida de las mujeres, obligándolas a recurrir a métodos clandestinos y peligrosos para interrumpir sus embarazos. La amenaza de cárcel y el estigma social asociado a las relaciones sexuales fuera del matrimonio agravan aún más la exclusión social y la pobreza. Según el informe, muchas mujeres que intentan abortar y no lo consiguen se ven forzadas a llevar el embarazo a término, enfrentándose a la posibilidad de ser procesadas.
Amnistía Internacional ha documentado la experiencia de 33 mujeres que intentaron abortar, además de entrevistar a representantes de ONG marroquíes, profesionales del derecho y de la medicina. Las conclusiones son claras: las leyes y políticas discriminatorias de Marruecos niegan a las mujeres su derecho a tomar decisiones autónomas sobre sus cuerpos y perpetúan un clima de violencia, pobreza y discriminación de género.
UN CLIMA DE IMPUNIDAD Y DESAMPARO
El Código Penal marroquí prohíbe el aborto salvo en casos donde es necesario para proteger la vida o la salud de la embarazada, y quienes intentan o consiguen abortar pueden enfrentar penas de prisión de seis meses a dos años, además de multas. Estas restricciones fuerzan a las mujeres a buscar métodos peligrosos y clandestinos para interrumpir sus embarazos. Además, las leyes que penalizan las relaciones sexuales fuera del matrimonio imponen una carga adicional a las mujeres, exacerbando su vulnerabilidad y aislamiento.
Amnistía Internacional denuncia que estas restricciones también afectan al personal médico, que se expone a perder su licencia y ser procesado si practica abortos al margen de la ley. Esta situación deja a las mujeres sin opciones seguras y legales para abortar, forzándolas a recurrir a métodos inseguros como el uso indebido de medicamentos, ingesta de mezclas químicas peligrosas, y violencia física autoinfligida o por terceras personas.
Farah (nombre ficticio) relató a Amnistía Internacional su desgarradora experiencia tras ser violada y quedar embarazada. A pesar de sufrir lesiones e infecciones, intentó interrumpir su embarazo usando métodos peligrosos sin éxito y finalmente se vio obligada a llevarlo a término. Esta historia refleja la crueldad de un sistema que castiga a las víctimas en lugar de protegerlas.
URGE LA DESPENALIZACIÓN Y PROTECCIÓN DE DERECHOS
Las mujeres entrevistadas por Amnistía Internacional narraron historias de violencia, abuso y desamparo legal que reflejan un sistema que falla en proteger sus derechos más básicos. El informe señala que la penalización del aborto no solo perpetúa la discriminación y la violencia de género, sino que también contribuye a la exclusión económica y social de las mujeres obligadas a llevar a término embarazos no deseados.
La organización llama a las autoridades marroquíes a despenalizar el aborto y garantizar que las mujeres puedan acceder a servicios de salud sexual y reproductiva sin temor a sanciones penales ni estigmatización. Esto incluye el acceso a métodos anticonceptivos modernos y servicios de aborto seguros, asequibles y accesibles para todas las mujeres, especialmente aquellas con bajos ingresos o que viven en la pobreza.
El Código Penal marroquí no solo castiga las relaciones sexuales fuera del matrimonio con penas de prisión, sino que también niega a los hijos e hijas nacidos de estas relaciones el derecho a la filiación paterna y a recibir apoyo económico o herencia. Este sistema perpetúa la pobreza y la exclusión, negando a las mujeres y sus hijos e hijas el acceso a servicios básicos como la asistencia médica y la educación.
LIBERTAD DE DECISIÓN
Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos han instado repetidamente a Marruecos a reformar sus leyes y garantizar la protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Stephanie Willman Bordat, socia fundadora de Mobilising for Rights Associates, enfatizó la necesidad urgente de adoptar leyes que protejan la autonomía y los derechos reproductivos, despenalicen el aborto y garanticen el acceso a una asistencia médica integral para todas las mujeres y niñas.
El informe de Amnistía Internacional destaca la valentía de las mujeres que compartieron sus historias y subraya la necesidad de una acción inmediata por parte de las autoridades marroquíes. Es crucial que Marruecos anteponga los derechos de las mujeres y niñas y rompa el ciclo de silencio y negligencia estatal en torno al aborto.
Las mujeres en Marruecos deben tener la libertad de tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y vidas sin temor a sanciones penales ni exclusión social. La despenalización del aborto y la garantía de servicios de salud sexual y reproductiva seguros y accesibles son esenciales para la protección de los derechos humanos y la igualdad de género en el país.