Al menos 73 personas han muerto tras un ataque reclamado por el Grupo de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (JNIM), rama de la organización terrorista Al Qaeda en Burkina Faso, y realizado el pasado domingo en la aldea de Tawori, situada en la provincia oriental de Tapoa.
Más de dos centenares de terroristas llegaron a la aldea, entablando combates y saqueando las propiedades durante más de dos horas en las que murieron 32 civiles, 16 miembros de las fuerzas de seguridad y 25 voluntarios de grupos de autodefensa, según han relatado testigos y fuentes de seguridad a la emisora Radio France International (RFI). Además, los yihadistas secuestraron al menos a dos soldados, que de momento siguen bajo su poder, según un vídeo publicado por el grupo. Las autoridades burkinesas aún no se han pronunciado sobre el ataque.
Los continuos ataques en el país, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a ‘voluntarios’. El deterioro de la seguridad ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
El país se encuentra liderado por una junta militar encabezada por Ibrahim Traoré, quien en septiembre de 2022 protagonizó una asonada que fue considerada un ‘golpe palaciego’ contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba, quien derrocó en otro golpe perpetrado en enero de ese año al entonces presidente electo, Roch Marc Christian Kaboré.