La Policía francesa detiene a tres mujeres con velo en el centro de París

Los arrestos no se han producido por la vestimenta sino porque los concentrados no habían pedido permiso para manifestarse La prohibición del velo integral en cualquier espacio público, incluida la calle, comienza a aplicarse hoy

La Policía francesa ha detenido este lunes a tres mujeres con velo (una con burka, otra con niqab y la tercera con hiyab) delante de la catedral de Notre Dame, en el centro de París.

La detención se ha producido en el transcurso de una manifestación en contra de la prohibición del uso del burka (velo integral islámico) en lugares públicos en Francia, medida que desde el pasado domingo entró en vigor en Francia.

La manifestación había sido convocada por la asociación No Toque Mi Constitución y ha reunido a un número indeterminado de personas delante de la catedral, lugar al que han acudido numerosos periodistas y donde había, como es habitual, muchos turistas.

Cuestión de permisos

Un portavoz policial ha asegurado que los arrestos no se han producido por la vestimenta de las mujeres (el niqab deja ver los ojos y está afectado por la prohibición pero el hiyab deja libre el rostro) sino porque no habían pedido permiso para manifestarse.

La asociación convocante ha asegurado que había pedido los permisos necesarios pero que la prefectura se los habían denegado y había convocado para ello la entrada en vigor de la ley.

Prohibición en lugares públicos

La prohibición del velo integral que cubra todo el rostro en cualquier espacio público, incluida la calle, comienza a aplicarse este lunes en el país en virtud de una ley que impone multas y cursillos de ciudadanía para las infractoras, y penas de cárcel para quienes les obliguen a llevarlo.

La ley adoptada definitivamente el pasado mes de octubre sin apenas oposición parlamentaria pero tras un debate ampliamente mediatizado, había fijado un periodo de seis meses antes del comienzo de la aplicación de las sanciones.

Ningún rostro escondido

Formalmente su objetivo es impedir que cualquier persona vaya con el rostro escondido en los espacios públicos (la calle, pero también edificios administrativos, comercios, restaurantes, salas de espectáculos, centros escolares o al volante de un vehículo), pero la voluntad del legislador era proscribir el burka y el niqab.

Llevar esas vestimentas podrá ser objeto de una multa de 150 euros y/o un curso de ciudadanía, pero sobre todo la idea es castigar mucho más severamente (con penas de cárcel de hasta dos años y multas de 60.000 euros) a quien obligue a una mujer a ponérselas.

Kenza Drider lleva "niqab" en la estación de trenes en Avignon, Francia, el mismo día que ha entradao en vigor la ley que prohíbe el velo integral en espacios públicos. GUILLAUME HORCAJUELO | EFE

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