Al mismo tiempo, en Francia, donde llevan años lidiando con pañuelos, niqab y burkas han tomado una determinación. El presidente, Nicolás Sarkozy, ha anunciado que el burka será prohibido por ley en todo el territorio galo. Bélgica seguirá el mismo camino.
Tampoco se han librado de cuestionamientos laicistas los crucifijos que todavía cuelgan en las paredes de muchos colegios en España y de otros países como Italia. Pero, ¿qué opinan realmente los europeos?
Mientras que la posible exhibición en los colegios de signos cristianos (cruces) no genera demasiada controversia, la mayoría o mayoría relativa de los europeos tienden a rechazar la posibilidad de exhibir prendas o signos de otras religiones como los velos o la kipá (el porcentaje que está en desacuerdo con su exhibición alcanza al 53% y al 44% respectivamente).
Esta actitud parece comprensible si tenemos en cuenta que la mayoría de los europeos encuestados (62 por ciento) considera que los valores cristianos son característicos de Europa.
Por otro lado, el rechazo al uso de velos se ve algo suavizada en el caso de los jóvenes, los estudiantes y entre quienes pertenecen a una religión en el conjunto de países de la UE. En cambio, la orientación ideológica y, en España, la religión, no introducen diferencias significativas en el nivel de oposición.
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