El consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Rafael Rodríguez, ha escrito al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, pidiéndole una reunión para intentar convencerlo de que, por bien del turismo, la Iglesia recupere la palabra “Mezquita” en la publicidad y en las entradas del monumento cordobés, donde sólo se lee “Santa Iglesia Catedral”. ¿No es un penoso espectáculo el de la Junta poco menos que suplicando al obispo? ¿Cómo es posible que sufriendo esta humillante situación, la Junta proponga que la titularidad de lo que ahora llama Mezquita-Catedral (de siempre, sólo “Mezquita”) sea pública pero que la gestión siga en manos de la Iglesia? ¿No queda aquí en evidencia que este bien público debe ser de uso exclusivamente civil y gestionado en bien de todos sólo por el Estado?
Gobierno de Cataluña: acabar con el procés en nombre del humanismo cristiano · por Antonio Gómez Movellán
Salvador Illa, ha prometido, en su toma de posesión como presidente del gobierno catalán, que la acción de…