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La interpretación socialista del retroceso católico en Centroeuropa y el caso español a fines de los años veinte

A comienzos del año 1929 se publicaron algunos artículos, destacando uno de El Debate sobre el caso alemán, en los que se trataba sobre la caída del número de católicos en Alemania y en Austria. El artículo del periódico católico hablaba de un descenso del censo de creyentes en esta fe en el año 1926 de más de cuarenta y tres mil personas. Para el caso austriaco, los medios se habían hecho eco de unas estadísticas publicadas por el Partido Socialista y por el Partido Social Cristiano. Al parecer, más de ciento veinte mil vieneses habían abandonado la Iglesia Católica desde el final de la Gran Guerra.

El Socialista consideraba que la caída austriaca coincidía con el auge de la militancia socialdemócrata. De la misma interpretaba el caso alemán con el crecimiento del SPD y de los sindicatos. El crecimiento habría sido tal que un sector de los católicos (recordemos la fuerza del Zentrum católico) deseaba compatibilizar su credo con las ideas socialistas. Al parecer los “socialistas creyentes” habían creado un periódico titulado Rotte Blatt, es decir, Hoja Roja. Su primer número había publicado mensajes de simpatía de destacados socialdemócratas, incluido el canciller Hermann Müller, el ministro Carl Severing, etc.

Los socialistas españoles creían que estos hechos eran muy importantes y merecían atención, además de considerar que era un fenómeno mundial, aunque era cierto que el descenso de creyentes no se producía en España. Pero defendían, en cambio, que la influencia del clero en España no era tan fuerte como se podría pensar. Cierto era que no se producían deserciones, pero era porque aquí imperaba la rutina, la indiferencia, y una fe no sincera.

El periódico socialista consideraba curioso que el diario católico achacase el retroceso católico alemán al pago del impuesto de culto que regía en Alemania. El artículo terminaba preguntándose qué pasaría en España si se estableciese un tributo semejante para sostenimiento del clero. Debemos recordar que la Iglesia española era sostenida por el Estado desde los tiempos de la Década Moderada en el reinado de Isabel II, a través de una partida de los Presupuestos del Estado, pero no procedía de un impuesto específico que pagaran los católicos, sino que salía del erario público común de todos.

Hemos consultado el número 6239 de El Socialista de 7 de febrero de 1929.

Eduardo Montagut. Historiador

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