El investigador Mario Javier Sabán ofrece una conferencia sobre la diáspora sefardí
"Según las últimas investigaciones, desde el año 1481 a 1808 fueron muertos hasta 65.000 judíos en España por la Inquisición". Este dato escalofriante vendría a confirmar la contundencia con que se aplicó el Santo Oficio en la persecución de los sefardíes que practicaban en secreto su religión en los territorios peninsulares españoles. La cifra procede del investigador Mario Javier Sabán, perteneciente a la Cátedra de Pensamiento Judío 'David Melul', que ofrecerá esta tarde a las 19:00 horas en el hotel Santa María una conferencia sobre la expulsión de los judíos de España en 1492 y la diáspora sefardí.
Será una ocasión inmejorable para conocer algo más de este sombrío episodio de la historia española, en el que las ciudades portuarias como El Puerto tuvieron un papel clave, al constituirse en lugar de embarque para los sefardíes que partieron hacia el destierro tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos. La conferencia está organizada por la tertulia El Ermitaño, con la colaboración de Tarbut Sefarad, cuyos presidentes Jesús Grabán y Silvia Mielnik presentarán al acto.
Mario Sabán está considerado uno de los mayores especialistas en historia y cultura sefardí. En estos días se encuentra en la provincia ofreciendo un ciclo de conferencias que le han llevado a Cádiz, Jerez y Rota y que culmina mañana en la ciudad portuense.
Doctor en Filosofía, Sabán afirma que la represión ejercida sobre los sefardíes por la Inquisición sobrepasó incluso a la de los moriscos, a los que no persiguió tanto, debido al miedo que existía a las represalias de los berberiscos y musulmanes del Mediterráneo. No obstante, pese a esta represión de la cultura sefardí, "su huella sigue siendo visible en el aporte cultural", y aunque esta herencia no se estudia en las escuelas "es parte de la historia española que se ha ignorado".
Algunas anécdotas ilustran esta afirmación, como la vivida por el general Prim durante su entrada en Tánger en la guerra de Marruecos, cuando de forma sorpresiva se vio aclamado en español por los descendientes de los sefardíes desterrados hacía siglos. Este hecho marcaría el inicio del retorno de muchos judíos a territorios españoles.