El Gobierno brasileño ofrece desde finales de febrero un teléfono gratuito para denunciar actos homófobos. Ahora un importante sacerdote del país pide que retiren la iniciativa argumentando que buscan "perseguir a los que desaprueban los vicios contra la naturaleza". 250 personas fueron asesinadas el pasado año por no ser heterosexuales.
Brasil sufrió el pasado año 250 muertes entre los colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales por culpa de la homofobia y la transfobia.
Este año las cifras siguen aumentando, motivo por el cual, a finales de febrero, el gobierno brasileño ha creado una nueva campaña contra la homofobia que incluye un teléfono al que cualquier damnificado puede llamar para denunciar cualquier agresión a los derechos humanos.
Promocionado bajo el título "Hacer del Brasil un país libre de homofobia", el teléfono está teniendo un gran éxito.
Ahora un destacado y mediático sacerdote brasileño, Luiz Carlos Lodi da Cruz, se ha manifestado en contra de la medida, quejándose ante los medios del país de una supuesta persecución religiosa que está provocando dichas denuncias telefónicas.
El sacerdote se ha quejado de que además de agresiones a homosexuales, también se permiten las denuncias por manifestarse en contra de la homosexualidad, olvidando que antes del asesinato, está el odio, y que la incitación al odio es lo que el gobierno brasileño persigue a través de dichas denuncias telefónicas.
Cruz ha manifestado que lo que buscan es "perseguir a los que desaprueban los vicios contra la naturaleza", quejándose de que el gobierno "ha establecido la persecución religiosa basada en las llamadas telefónicas gratuitas y anónimas".
A pesar de esta negativa de las instituciones religiosas hacia una iniciativa que busca reducir la abultada cifra de muertos entre el colectivo LGTB, el gobierno guarda esperanzas de que el nuevo sistema telefónico ayude a combatir la homofobia.