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La Iglesia cubana anuncia mejoras en la situación de los presos políticos

La jerarquía católica comunica al disidente Fariñas un inmediato traslado de los prisioneros a cárceles de sus provincias y la hospitalización de los enfermos

La mediación de la Iglesia católica ante el Gobierno de Raúl Castro en favor de los presos políticos puede dar los primeros frutos de inmediato. Según el opositor Guillermo Fariñas, altos funcionarios del régimen informaron hace días al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, de que a partir de hoy, lunes, comenzará el traslado de presos a cárceles de sus provincias de origen y que los más enfermos serán hospitalizados pronto. Estas eran dos de las reclamaciones de las familias de los opositores y de la jerarquía de la Iglesia, que tiene previsto reunirse esta semana otra vez con representantes del Gobierno para continuar las gestiones humanitarias, con el objetivo de facilitar la excarcelación de los presos y la solución del caso Fariñas.

"El acercamiento de los presos y la hospitalización de los más enfermos sería un primer paso positivo. Pero hay que esperar, ver para creer", dijo Fariñas, en conversación telefónica con EL PAÍS desde la sala de cuidados intensivos del hospital de Santa Clara en el que está ingresado y donde ayer cumplió 89 días en huelga de hambre. El sábado, el disidente recibió en el hospital la visita del obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández, que horas antes se había reunido en la capital con una representación de las Damas de Blanco para informarles de la marcha de las gestiones que realiza la Iglesia.

Fariñas declaró que el cardenal Ortega fue informado oficialmente de la decisión gubernamental de tomar cuanto antes las mencionadas medidas humanitarias, extremo confirmado ayer por las Damas de Blanco, aunque con más prudencia sobre los plazos. "A nosotras no nos han dicho si será a partir del lunes [por hoy] o en qué fecha, pero esperamos que sea pronto", dijo una de las líderes de las Damas de Blanco.

Hasta el momento, la Iglesia mantiene máxima discreción sobre el asunto y dice que las conversaciones seguirán, ya que se trata de un proceso que necesariamente ha de ir "poco a poco" para que tenga resultados. El propósito concreto a corto plazo es conocido: la liberación de los presos políticos enfermos y la solución del "caso" de Guillermo Fariñas, que inició su ayuno voluntario el pasado 25 de febrero y demanda, para abandonar su protesta, la excarcelación de los 26 presos de conciencia que se hallan en peor estado de salud.

Después de tres meses en huelga de hambre, Fariñas ha perdido casi 20 kilos de peso y se encuentra débil, pero estable. Ha permitido también que sea alimentado por vía parenteral. Al principio el opositor fue implacable: dijo que solo dejaría el ayuno cuando el Gobierno excarcelara a los 26 presos enfermos. Fuentes de la disidencia cubana calculan que en Cuba hay unos 200 presos políticos. De ellos, 53 son del llamado Grupo de los 75, y unos 17 estarían alejados de sus provincias.

Hoy la situación ha variado. "Si liberan a los 10 o 12 más enfermos, dejaría mi protesta para que el Gobierno pueda negociar con la Iglesia la excarcelación del resto en otros plazos y sin presión", afirma Fariñas."La Iglesia ha hecho sus gestiones, pero el Gobierno es el que debe ejecutar las medidas; se podrá confiar en su buena fe si realmente acerca a los presos a sus provincias de origen y hospitaliza a los más enfermos, y eso lo veremos a partir del lunes [por hoy]".

Las Damas de Blanco, que ayer realizaron su habitual desfile por la Quinta Avenida de La Habana, se mostraron "esperanzadas" por los últimos acontecimientos. Según una de sus portavoces, las gestiones de la Iglesia han sido "válidas" y, de hecho, ya han tenido resultados, al acabar con los "actos de repudio" de partidarios del régimen contra sus marchas y lograr la autorización para que esposas, madres y familiares de los presos políticos pudieran desfilar.

Algunos disidentes, como Marta Beatriz Roque, ven con escepticismo la inédita mediación de la Iglesia y desconfían del régimen. Otros, de tendencia moderada, dan la bienvenida a la medida del Gobierno de "utilizar" a la Iglesia para resolver "entre cubanos" la crisis en torno a los presos. Fariñas cree que si la Iglesia es "imparcial la cosa puede funcionar", sobre todo si su mediación con el Gobierno avanza y logra resultados más ambiciosos.

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