La supuesta amenaza del autodenominado Estado Islámico contra los partidos de cuartos de final de Champions que se disputan esta semana no es tal. Así lo han confirmado a El Independiente expertos en la organización yihadista que a partir de 2014 llegó a ocupar amplias zonas de Siria e Irak, donde estableció un califato y que hoy pervive en zonas remotas de ambos países con una importante red en crecimiento en África.
La supuesta propaganda que han difundido algunos medios de comunicación en las últimas horas en la que un supuesto yihadista amenaza con «Matarlos a todos» y que lleva impresa el nombre de los cuatro estadios en el que se jugarán los partidos –Emirates Stadium, Parque de los Príncipes, Metropolitano Arena (Civitas Metropolitano) y Santiago Bernabéu– no procede del Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés).
«Esta propaganda viene de Aza’im Media y Sarh al-Khilafa. Estos medios de comunicación no son oficiales aunque hay una relación entre Aza’im Media y la provincia de Khorasan del Estado Islámico», apunta a este diario Aymenn Jawad al Tamimi, un experto en la organización que lleva años estudiando al milímetro su propaganda.
La presunta amenaza no ha partido ni circulado por los canales habituales de una organización formada por un comando central y una serie de provincias o sucursales regionales. No ha sido publicada en los medios de comunicación del comando central como Al Furqan y Al Naba’ ni tampoco en las oficinas de los medios de comunicación en las «provincias» del Estado Islámico.
«No se puede decir que las amenazas sean oficiales pero no dudo que quienes apoyan al Estado Islámico quieran atacar a los ‘infieles’ y ‘apóstatas’ donde puedan. En cualquier caso no indica necesariamente esta propaganda que haya una operación inminente», desliza Al Tamimi con la experiencia que le proporciona un seguimiento diario de la producción oficial del IS.
Nacido en Irak y con África como nuevo destino
En 2014 el IS, surgido en la Irak post-Sadam de Al Qaeda en Irak, aprovechó los conflictos y las tensiones sectarias para imponer su ley en amplias zonas de Siria e Irak. Tras ser derrotados por sendas operaciones militares lideradas por Irán y Estados Unidos, ahora vuelven a aplicar la misma receta de pescar en río revuelto en los confines del continente africano, alimentándose de la miseria, las rivalidades y la falta de esperanzas. El terror yihadista, representado hoy por Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico, ha experimentado un notable crecimiento en África.
También reivindicó como propio el atentado contra un centro comercial en Moscú que se cobró la vida de 143 personas y dejó unos 200 heridos. “El crecimiento del IS en muchas regiones de África, sobre todo en el centro y sur del continente, supone una amenaza para la seguridad mundial”, reconoce a este diario Michael Smith, experto en terrorismo de la universidad estadounidense Johns Hopkins.
La sucesión de victorias ejerce, además, un efecto evidente en su capacidad de seducir a nuevos acólitos en Occidente, tal y como sucedió durante los años de auge del movimiento yihadista en Siria e Irak. “Ha permitido al IS convencer a posibles partidarios en todo el mundo, especialmente aquí en Occidente, de que el grupo sigue siendo una empresa creíble que merece apoyo, incluido el respaldo en forma de ataques terroristas en Estados Unidos, Europa, Canadá y Australia”, agrega Smith, con un amplio conocimiento de la extensa red del IS más allá de sus fronteras naturales en Oriente Próximo.