He leido la 'respuesta' al artículo Delenda est Palaeatina publicado en la sección Espacio Abierto del pasado sábado, 23 de mayo, y firmado por mí, que don Francisco Giménez Gracia, en nombre de Ciudadanos para el Progreso, ha publicado en ese mismo diario, de la que me llaman la atención dos cosas: el profundo desconocimiento de este señor sobre la realidad sionista y de la situación en Oriente Próximo y que su artículo se haya publicado, también, en la edición digital: el mío solo apareció en la impresa.
Bueno, hay otra cosa que me llama la atención: que lo inicie con una "muestra de adhesión inquebrantable" a la concejala de Cultura y Programas Europeos, doña Fátima Barnuevo. Y me llama la atención, pues me recuerda aquellos días de la Plaza de Oriente y los 'actos de afirmación' organizados por el franquismo.
Este señor utiliza como argumentos la descalificación el insulto y la desinformación -otra vez, las tres patas del mismo taburete, en este caso el libelo- mezclando asuntos que nada tienen que ver entre sí, ni con el contenido del artículo que parece querer contestar. No voy a entrar a ese trapo. Por el contrario, responderé a sus afirmaciones.
Dice usted lindezas del estilo de (sic) "la ONU constituyó un comité de países neutrales que recomendó el fin del tiempo colonial británico y la partición de Palestina en dos Estados: uno árabe y otro judío. Los judíos, naturalmente, aceptaron el veredicto. No así los árabes, que rechazaron la oferta, juntaron siete ejércitos, violaron la decisión de las Naciones Unidas y se arrojaron sobre Israel con el firme propósito de no dejar un judío vivo".
Yo le recomendaría que leyese un buen libro sobre el tema, Cartas a Paula y los niños, de David Ben Gurion (para su información, quien ocupó por primera vez el cargo de primer ministro de Israel), recopilación editada por University of Pittsburg Press en 1971. En una de ellas, fechada el 5 de diciembre de 1937 (once años antes de 1948), confía a su esposa Paula que "un Estado judío parcial, es solo el comienzo (…) Planeo organizar un Ejército de primera y utilizar la coerción y la fuerza para anexionar toda la extensión de Eretz Israel". Es decir, toda la tierra existente entre el río Jordán y el Nilo. Repito, once años antes de 1948. Esto, al fin, se cumplió con la ocupación militar israelí de los Altos del Golán (Siria), la Península del Sinaí (Egipto) y de los territorios palestinos en 1967.
Afirma también que Israel es un Estado laico y democrático… Y me pregunto: ¿Cómo un país que se define a sí mismo en su legislación fundamental, pues carece de Constitución, como judío, puede ser laico? ¿Cómo un país que limita las libertades de quienes no comparten su religión puede ser laico y democrático? ¿Sabe usted que la población palestina del 48, con ciudadanía israelí, pierde esta ciudadanía de forma automática si contrae matrimonio con alguien de los 'territorios ocupados' o Gaza? La construcción del muro o derrocar a un Gobierno vecino, elegido de forma democrática ¿es democracia?
En 2006, Tel Aviv 'se retiró' de Gaza, a la que impuso un cerco implacable que aún hoy continúa. El triunfo de Hamás en las inobjetables elecciones de ese año disgustó a Israel: un Estado que se dice democrático no tenía por qué respetar la democracia cuando de palestinos se trata. Por favor, seamos serios.
Y lea. No escriba sobre lo que le cuentan, lea. Lea usted a Ben Gurion, a Golda Meir (¿sospechosos de antisemitas?), a Israel Sahak, uno de los padres de Programa Nuclear Israelí, que murió en el exilio por denunciar el carácter puramente militar de dicho programa…
Por cierto ¿sabe usted que Israel, junto a Corea del Norte, no ha suscrito el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares? Sin embargo, al segundo se le considera 'Estado terrorista', mientras que al primero se le considera 'democrático'. Qué contrasentido ¿no?
En fin, tanto a usted como a quien pueda tener interés en el tema, le recomiendo la lectura de la Carta Fundacional de la Red Judía Antisionista Internacional (disponible en www.ijsn.net/atranslation/230/). Tal vez pueda llegar a iluminarle sobre la diferencia entre sionismo y judaísmo.
En lo que se refiere a la pertinencia o no de denunciar (distinto a 'no tolerar' como dice usted) la presencia de personalidades de la cultura sionista en el Festival, así como su utilización política, me remito al artículo que pretende usted contestar. Léalo, la respuesta está en él.
En fin, antes de escribir, documéntese. Y una última cosa: me resbalan los insultos y los juegos infantiles de palabras con mi apellido. Me los vienen haciendo, desde párvulos, quienes no tienen argumentos.
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