Es ese mundo mixto de normalidad y radical singularidad el que se ha abierto un hueco con la violación laica del Sabbat; la barbarie religiosa, en cualquiera de sus confesiones, ha empezado a dejar de dominar la civilización. Pervivirá, sin duda, la libre humillación de cada fiel ante su ídolo, y prevalecerá la idolatría en la iconografía externa de la ciudad. Pero, en lo que respecta al menos a los judíos, la imagen oscurantista del rabino y de sus secuaces de miradas perdidas, de ojos defenestrados de sus cauces, que agitan mecánicamente sus miembros al moverse como si les hubieran dado cuerda, ha iniciado a recular. El paso del tiempo es real y el miserable fantasma de la historia, que cubría e inmovilizaba el cuerpo todo de la ciudad, como Urano el de Gea, aprisionando su futuro en su pasado, se ha empezado a disolver en cada bocado que Vd. ingiera en el complejo inaugurado ayer, sábado 25, día ya normal, en el barrio de Emek Refaim de Jerusalén. ¡Que aproveche!…
Y dios bendijo a Trump · por Ana Pardo de Vera
El aumento del voto latino a Donald Trump -el candidato que no quiere más latinos que crucen su…