Los ciudadanos cada vez recurren menos a sus servicios religiosos: las bodas se redujeron a la mitad en el último decenio y los bautizos disminuyeron más del 30%.
La demanda de servicios religiosos a la Iglesia católica ha sufrido un notable retroceso en España a lo largo del último decenio. Así lo ponen de manifiesto las memorias de actividades que la Conferencia Episcopal publica anualmente.
Ese retroceso se pone de manifiesto en el número de sacramentos impartidos (bautizos, comuniones, bodas…). El dinero público destinado a financiar esta confesión religiosa a través de la asignación tributaria ha subido mientras tanto.
Esta ha sido la evolución de las principales celebraciones de la Iglesia:
.- Bautizos. En 2007 se celebraron 325.271, casi uno de media al día. En cambio, en 2016 (último año del que existen datos oficiales) fueron 226.125, lo que equivale a un descenso del 30,5%. Es verdad que, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), durante esos diez años disminuyó también el número de nacimientos (de 492.527 a 410.583), pero bastante menos (un 16,7%). De cada cien niños nacidos, en 2007 recibieron el bautismo 66 y en 2016, sólo 55.
.- Primeras comuniones. La caída no fue tan acusada en ese caso. Se pasó de 256.587 a 238.671, con una reducción del 7% en términos relativos. Por el contrario, las confirmaciones incluso aumentaron, pues en 2007 hubo 96.766 y en 2016 se llegó a 128.832 (+33,3%).
.- Bodas. Sufrieron un desplome espectacular. La memoria de actividades de la Conferencia Episcopal correspondiente a 2007 las cifró en 113.187. Sin embargo, diez años después los matrimonios eclesiásticos se quedaron en 50.805, menos de la mitad. Entretanto, según el INE, las bodas civiles con cónyuges de distinto sexo pasaron de 201.579 a 171.023; es decir, que también disminuyeron, aunque sólo un 15%.
Este descenso de la “actividad celebrativa”, como la llaman los obispos en sus documentos, corrió paralelo al de sacerdotes, que en 2007 eran 19.121 y en 2016 no pasaron de 18.164 (-5%). Paradójicamente, el número de parroquias distribuidas a los largo de todo el territorio nacional creció un 1,5% durante el periodo (de 22.689 a 23.019).
La financiación pública que la Conferencia Episcopal obtiene gracias a la asignación tributaria no se vio perjudicada por la menor demanda de servicios religiosos. En 2007 ascendió a 242,1 millones de euros, mientras que en 2016 superó los 250,6 millones, con una mejora del 3,4%, a pesar de los recortes presupuestarios que los gobiernos impusieron en ese periodo para reducir el déficit.
El aumento de la asignación tributaria es reflejo, entre otras cosas, del que se ha producido en el de contribuyentes que marcan la casilla correspondiente en la declaración del IRPF (de 6,9 a 7,1 millones). Se da la circunstancia, no obstante, de que éstos representaban en 2016 un porcentaje menor sobre el total (33,5%) que en 2007 (34,4%).