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Homófobo declarado, no cree en los derechos humanos

«No me van a sentar en el banquillo de los acusados», ha dicho el prelado

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez durante un encuentro en Casa Lamm, en mayo de 2002Foto José Antonio López

Los excesos verbales del cardenal Juan Sandoval Íñiguez lo han acompañado durante toda su polémica carrera eclesiástica, tal vez porque sus históricos abusos siempre han quedado en la impunidad: No me van a sentar en el banquillo de los acusados, ha advertido uno de los grandes intocables de México.

Homófono declarado, acérrimo detractor de los anticonceptivos, promotor de la virginidad hasta el matrimonio, combatiente aguerrido del aborto, transgresor del Estado laico, amigo de El Yunque y del PAN, misógino militante y amante de la riqueza, el cardenal Sandoval Íñiguez está acostumbrado a vivir en la delgada línea que separa lo permitido y lo ilícito.

No es la primera vez que su incontinencia verbal le acarrea críticas y problemas legales. La hemeroteca está llena de su fácil verborrea que exhibe su fundamentalismo hasta perder las formas más elementales de convivencia democrática.

El concepto del purpurado sobre el matrimonio ha sido claramente expuesto en ocasiones anteriores. Cada año se presentan en Jalisco más de 300 peticiones de nulidad, lo que el cardenal atribuye a los alarmantes signos de bisexualidad que imperan en el mundo: Es un tema que deberían platicar los novios, cerciorarse de que su contraparte está sexualmente bien orientada; lo tienen que dialogar, lo tienen que saber desde antes, dijo el 24 de marzo de 2006.

Es un enemigo de los modelos de familia alternativos y promueve los valores tradicionales, por lo cual está contra la educación sexual en las escuelas: Los libros de texto ya han llegado a los alumnos, ya están haciendo daño, ya los están incitando a la permisividad, los están confundiendo en cuanto a los valores del sexo, del matrimonio. Estos libros van contra la vida, la familia y la moralidad de los pueblos para destruirlos, expuso el 9 de septiembre de 2006.

Para el cardenal, las familias donde sólo hay un progenitor están constituidas por gente sin moralidad, según declaró en el Foro Ético Mundial realizado el 28 de enero de 2006 en el Hospicio Cabañas.

El jerarca considera a los homosexuales como personas anormales y en repetidas ocasiones ha calificado a las parejas del mismo sexo como aberraciones. Insta a esconder las preferencias sexuales: Las desviaciones de algunas personas no deben servir para condenarlas, pero tampoco para presumirlas; que las mantengan más bien en secreto, dijo a La Jornada en junio de 2000. El cardenal ha exhibido su intolerancia en múltiples ocasiones porque considera la heterosexualidad como inherente al humano. Además, los derechos de las mujeres no tienen importancia para el cardenal, ni la violencia de género: las mujeres no deben andar provocando, por eso hay muchas violadas, dijo el 20 de septiembre de 2003.

Sobre el Estado laico mexicano, el 9 de febrero de 2006 señaló: es un Estado débil presionado por instancias internacionales que van contra la vida, la familia y la moralidad de lo pueblos para destruirlos y dominarlos.

De hecho, el cardenal ha hecho abierto proselitismo en favor del PAN y contra los candidatos del PRD, a quienes hace unos años llamó hijos de las tinieblas.

Amigo de los ricos, ostentoso en sus gustos y posesiones, el cardenal tiene su particular concepto de los pobres: Sería una solución simplista pensar que en un país todos pueden ser iguales; eso no es posible. Hay personas que han hecho su fortuna a base de trabajo, esfuerzo e inteligencia; en contraparte, hay personas pobres que lo son porque habiendo tenido las oportunidades no las aprovecharon, prefirieron no esforzarse o tomaron el camino de los vicios, de los despilfarros, dijo en un artículo que publicó en el órgano eclesial Semanario, el 27 de agosto de 2006.

También es detractor de los derechos humanos: Ese cuento de los derechos humanos, si usted lo cree, créaselo. Esos derechos humanos es una organización un poco manipulada desde fuera por organismos internacionales que tienen interés en desestabilizar al país. Qué casualidad que esas organizaciones sólo defiendan a delincuentes, declaro sobre Guadalupe Morfín Otero cuando dirigía la comisión estatal.

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