En una decisión sin precedentes, la Santa Sede dispensó de su estado clerical al ex obispo Fernando Lugo, que el 15 de agosto asumirá la Presidencia de Paraguay y desde 2007 estaba suspendido "a divinis" por dedicarse a la política.
El nuncio apostólico en Paraguay, Orlando Antonini, anunció hoy la decisión del papa Benedicto XVI tras una reunión con el futuro gobernante en la sede de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), la coalición con la que Lugo ganó los comicios de abril pasado y puso fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado.
La decisión del dicasterio vaticano Congregación para los Obispos, con fecha del 30 de junio pasado y firmada por el prefecto Giovanni Battista, señala que "Su Santidad, Benedicto XVI ha concedido para él (Lugo) la pérdida del estado clerical con la consiguiente pérdida de los derechos inherentes al mismo".
Lugo, de 57 años, fue liberado al mismo tiempo "de los votos religiosos hechos en la Sociedad del Verbo Divino, de la obligación del celibato y de las demás obligaciones que el estado clerical comporta", según el documento leído por Antonini a los periodistas.
El ex obispo de la diócesis de San Pedro (centro), la región más pobre del país, donde ejerció poco más de una década, había sido suspendido "a divinis" por el Vaticano en enero de 2007 después de que pidiera a la Santa Sede su reducción al estado laical el 18 de diciembre del 2006 y lo anunciara públicamente el día 25.
Lugo, uno de los referentes de la Teología de la Liberación en su país, fue advertido de otras sanciones, administrativas, si no desistía de sus aspiraciones políticas, porque la Constitución inhabilita a los religiosos de cualquier confesión para ejercer la Presidencia o la Vicepresidencia, aunque sin consecuencias.
El decreto vaticano explica que la Presidencia del país que ejercerá Lugo "no es compatible con las obligaciones del ministerio episcopal del estado clerical", e indica que ese hecho "exige volver a considerar" la primera decisión de rechazar su pretensión de volver a ser un laico.
La elección de Lugo "exige volver a considerar por el bien del país y para que se distinga claramente de modo definitivo entre el cambio de presidente de la República y el ejercicio del Ministerio episcopal, la petición que presentó para que le fuera concedida la pérdida del estado clerical", agrega.
Antonini aclaró que la decisión, que libera a Lugo de los votos religiosos y del celibato, "de por sí tendría una naturaleza perpetúa a menos que la autoridad suprema examine caso por caso".
"El Sumo Pontífice exhorta al señor Fernando Lugo Méndez a ser fiel a la fe católica, en la que fue bautizado y a llevar una vida coherente con el Evangelio", agrega el documento, a cuyo pie la Nunciatura aclara que su intervención en el caso "se ha debido exclusivamente a razones canónicas y pastorales".
El camino asumido por Lugo dividió a miembros de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), ya que en un país de mayoría católica algunos consideraron que se asume el sacerdocio de por vida, mientras que otros apoyaron abiertamente su decisión de luchar por la Presidencia, dadas las circunstancias políticas y sociales.
Por su parte, el gobernante electo afirmó hoy que recibió la decisión como una "noticia esperada por mucho tiempo", durante una rueda de prensa ofrecida poco antes de viajar a Buenos Aires para reunirse con la presidenta de ese país, Cristina Fernández.
Lugo agradeció "sinceramente a Su Santidad por una decisión que no ha sido fácil para el Vaticano porque no hay precedentes", en referencia en que esta es la primera vez que a un obispo se le permite volver a ser laico.
"Qué amor ha de tener Benedicto XVI por nuestro país", acotó Lugo al destacar que una parte del decreto de la Santa Sede señala que la dispensa fue tomada "pensando en el país, en el Paraguay".