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El cardenal francés Richelieu en el asedio de La Rochelle contra los hugonotes.

Guerras de religión en Francia: el enfrentamiento entre los protestantes y la Iglesia Católica

La situación en Francia en época moderna era bastante inestable. El luteranismo, una corriente de reforma religiosa que criticaba al clero por su escasa formación y que daba la vuelta a todo lo logrado por la iglesia, penetraba en el país. El avance de esta doctrina, se hizo con las clases populares y con algunos sectores muy influyentes

El Edicto de Saint Germain de 1562 que daba libertad de culto privado a los hugonotes (protestantes) y culto público de los mismos en los arrabales, descontentaron a la Casa de los Guisa (católicos). Este recelo desembocó en la matanza de Vassy de ese mismo año.

Esta matanza, fue el detonante para el inicio de las guerras religiosas.

La primera fue en 1562 y finalizó en 1563. Se desarrolló en la zona de Loira y Normandía. Los hugonotes habían conseguido refugio seguro en algunas zonas. Las muertes fueron casi iguales en ambos bandos, destacando la de Antonio de Borbón.

La primera guerra puso punto y final con la paz de Amboise en la que se dicta la libertad de conciencia pero existe una distinción entre nobles (con libertad de culto) y el resto de hugonotes (culto limitado a una ciudad por provincia). El objetivo era restaurar la armonía pero ni católicos ni protestantes aprueban esta paz.

La segunda guerra se da en 1567 finalizando un año después. Comienza con el intento de secuestro del monarca Carlos IX por parte de los hugonotes, que hace que Catalina de Medici se haga un poco más radical en cuanto al protestantismo.

Condé, es nombrado nuevo líder de los hugonotes y los Guisa, aumentan su poder en el ámbito eclesiástico.

Esta segunda guerra finaliza con el Edicto de Lonjumeau en el que se restaura la paz de Amboise y donde los calvinistas, reclaman lugares seguros que sean proporcionados por la monarquía.

La tercera guerra fue en 1568 y finaliza en 1570. La derrota de los hugonotes en Jarnac y la muerte de Condé, hace que se establezca un nuevo líder: Coligny, almirante francés.

Coligny formará parte del consejo de Carlos IX con la intención de influenciarle. Su idea era colaborar con los calvinistas de los Países Bajos (que estaba bajo la corona de la Monarquía Hispánica) con el objetivo de restar el protagonismo a los católicos.

En esta tercera guerra, la figura de Felipe II hace renombre. Coligny intentará evitar la guerra con Felipe por medio de un matrimonio entre Enrique de Navarra (hugonote) con Margarita de Valois (católica y hermana de Carlos IX) en 1572.

Esto finaliza con la paz de Saint Germain en el que los hugonotes salen favorecidos abandonando posiciones ultracatólicas.

La matanza de San Bartolomé en 1572 llevada a cabo por el Duque de Guisa y las milicias burguesas acaban con la vida de Coligny y Bunea, líderes hugonotes.

Esta matanza provoca la radicalización del bando hugonote. Utilizan la propaganda para su difusión y dudan sobre la soberanía del monarca, defendiendo que la soberanía debía venir del pueblo y no de origen divino.

La consecuencia fue la cuarta guerra de religión en 1572 hasta 1573. Los hugonotes se consolidan en el Languedoc y se aproximan a los católicos moderados (politiques) que querrán un acuerdo.

Comienza una explosión propagandística en la que se defiende el derecho de rebelión contra un rey tirano y plantean la subordinación política basada en pactos, consenso e instituciones representativas.

Comienzan los escritos que critican a la monarquía y el poder absoluto de la misma defendiendo la soberanía popular y el derecho de la sociedad a la resistencia y a deponer a los tiranos, todo esto ejecutado por los magistrados.

En defensa del absolutismo aparece Jean Bodin, que defenderá la monarquía absoluta y que esta misma no debe depender de nadie ya que concentra todo el poder.

En 1574 muere Carlos IX y su sucesor, Enrique III, rey de Polonia abandona el trono polaco para instaurarse en Francia.

Ante esto, se consolidan los politiques y se inicia la quinta guerra en 1574 hasta 1576. Estos politiques son partidarios del diálogo y contrarios a los Guisa. Apuestan por una tolerancia y una alianza con hugonotes. El líder de este partido es Francisco de Anjou.

El final de la quinta guerra religiosa viene de la mano del Edicto de Beaulieu en 1576 que sostiene un éxito hugonote. Condena la matanza de San Bartolomé y permite la libertad de culto en toda Francia excepto en París. Se aumentan los asedios seguros para los protestantes y la mitad de escaños y jueces debían ser hugonotes, así como también la promesa de convocar los Estados Generales. Todo esto crea un malestar en el catolicismo y se crea la Liga Católica en 1576 que tiene como líder a Enrique de Guisa.

Esta Liga, rechaza concesiones con calvinistas y es peligrosa para la monarquía por su composición aristocrática y de unión popular. Exigen reconocimientos en los Estados Generales y los provinciales.

Enrique III anula el Edicto de Beaulieu y desarticula la Liga.

La sexta guerra en 1577 comienza con la convocatoria de los Estados Generales en ese mismo año en Blois por parte de Enrique III, con la finalidad de apartar a Enrique de Guisa de la Iglesia.

El problema viene cuando el sucesor de Enrique III, Francisco de Anjou, muere en 1584. Esta muerte hace que Enrique de Navarra (hugonote y Borbón) sea el próximo rey a la muerte de Enrique III.

Este hecho provoca la reaparición de la Liga en contra del nuevo sucesor y comienza una búsqueda de un nuevo rey católico por parte de los Guisa apoyados por Felipe II en un acuerdo firmado con el monarca en 1584.

La séptima guerra en 1579 hasta 1580 hace que aumenten los asedios calvinistas. Se firman los tratados de Fleux y de Nérac en 1579 en los que aumentan las plazas de seguridad hugonote, disminuyen los jueces y se recopilan los dos últimos edictos.

Felipe II junto con el Papa de Roma, comenzarán una búsqueda de un sucesor para el trono francés.

Ante el surgimiento de la Liga, Enrique III promulga el Edicto de Nemours en 1585 en el que suprime el culto calvinista e inhabilita los edictos anteriores así como también priva a Enrique de Navarra al trono de Francia.

En París, surgen los dieciséis que era jun grupo católico radical. El número dieciséis hace referencia al número de distritos de París que servían como redes de contacto. Es una organización aristocrática y popular con gran influencia que se encargarán de explotar el sentimiento religioso. Soy reacios a Enrique III y rompen los politiques.

Apoyan a Felipe II, que se encuentra luchando en los Países Bajos por las revueltas calvinistas.

A su vez, el bando contrario, los hugonotes y los calvinistas son apoyados por Isabel I de Inglaterra (hija de Ana Bolena y Enrique VIII).

La octava guerra de religión de 1586 a 1598 es conocida como la guerra de los tres Enriques.

Enrique III pierde contra Enrique de Navarra que venció al ejército real.

Por otra parte, Enrique de Guisa, obtiene victorias sobre los hugonotes y esto hace que aumente su poder.

En 1588, Enrique de Guisa entra en París (tenía la entrada prohibida) ayudado por los dieciséis. Esto provoca la huida de Enrique III de Francia.

En ausencia del monarca, París queda bajo el yugo de los dieciséis que reordenan la política. Deponen a magistrados y establecen el nuevo ayuntamiento de la Liga. Controlan la opinión y el orden público y crean una milicia.

El acontecimiento clave de esta octava guerra es la convocatoria de los Estados Generales de 1588 por parte de Enrique III en los que declara a la Liga como ilegal, ordena la muerte de Enrique de Guisa y busca apoyos en Enrique de Navarra.

En 1589 asesinan a Enrique III. El ejecutor fue un dominico (Clement) que era perteneciente a la Liga. Tras su muerte se reconoce a Enrique de Navarra como único sucesor.

Los dieciséis y la Liga solo apoyarán a un rey católico. Se crea el partido Mayenne compuesto por la nobleza católica que odiaban a Enrique de Navarra pero temían a los dieciséis.

Las consecuencias de las Guerras de Religión fueron favorables para los hugonotes, que abandonaron las posturas revolucionarias porque ya tenían un rey hugonote. Se unen a los politiques reclamando el derecho hereditario del rey y se exige autoridad y obediencia.

La Liga, apelaba el derecho a la resistencia y soberanía popular. La ideología y programa se escribe en el cahier de doléances en 1588 en el que se oponen a la tiranía, aceptan la superioridad de la ley sobre el monarca y la necesidad de una corona electiva.

En 1593 se reúnen los Estados Generales en París pero no hay acuerdo para encontrar a un candidato extranjero católico para el trono francés tras la muerte de Enrique III.

El Papa y Felipe II buscaron al tío de Enrique de Navarra, el cardenal Carlos X de Borbón pero muere en 1590.

Felipe II considera que es el momento de que su hija, Isabel Clara Eugenia gobierne por parte de su esposa, Isabel de Valois.

Felipe comienza unas negociaciones con la Liga pero el líder no se fía mucho del monarca. Felipe II quiere convocar Estados Generales para conseguid apoyo para su hija.

Finalmente acaban convocándose los Estados Generales tras la unión de Mayenne, politiques y hugonotes, pero esto no salió como Felipe esperaba. Se negaron a que su hija reinase en Francia por la Ley Sálica (prohibición de que las mujeres reinaran).

Esto sumado al temor de que Francia fuese un estado satélite de Felipe hizo que los franceses se acercasen a Enrique de Navarra.

Enrique de Navarra tomó el camino fácil para desarmar a aquellos que no lo apoyaban y renegó del calvinismo convirtiéndose así al catolicismo. Fue coronado en Chartres en 1594 y gobernó como Enrique IV de Borbón.

La primera acción de Enrique IV fue la promulgación del Edicto de Nantes para lograr un acuerdo entre católicos y hugonotes en 1598. Por primera vez, este Edicto cuenta con una peculiaridad poco frecuente en la Europa moderna: una estructura dualista, es decir, la convivencia de ambas religiones, catolicismo y protestantismo en un mismo territorio. Aunque fuese permisivo, la religión del Estado siguió siendo la católica pero a los calvinistas se les permite la libertad de culto y de conciencia.

El monarca permitió a su vez, que el partido hugonote siguiese vigente dotándolos de 151 plazas de seguridad y refugio.

Este edicto puso paz en Francia pero las ventajas con el tiempo fueron disminuyendo. Irá materializándose con Luis XIII cuando Richelieu asuma el poder y sobre todo con Luis XIV.

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