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Golfos celestiales: capítulo V

Se encuentran en todos lados, también en la dirección de la Iglesia católica en donde predican una cosa y hacen otra. De ellos debería venir un mensaje de regeneración moral pero lo que percibimos en mentira, hipocresía y cuentas muy opacas.

En su última Memoria Anual de Actividades la Iglesia representada en España por Rouco Varela, que se declara mileurista, insiste en que con su labor social ahorran al estado 30.000 millones de euros. Pero eso no es así. La obra social de la Iglesia se financia con el dinero de todos los contribuyentes sean musulmanes, judíos, agnósticos o ateos.

Y es que Rouco Varela está utilizando como rehén a Cáritas amenazando con seguir dando ayudas a esta organización si se les obliga a pagar el IBI. Un chantaje en toda regla. Sabe que Cáritas tiene buena imagen (su labor es positiva ya que asisten a 4 millones de personas) y la quiere rentabilizar. Cáritas- Barcelona asegura que los obispos sólo le dan el 0,8% de su presupuesto.

La financiación de Cáritas viene por otros caminos:

La organización Europa Laica denuncia insistentemente que lo que recauda el Estado para la Iglesia a través del IRPF (248 millones en 2010) es una mínima parte de lo que recibe por diferentes conceptos de manos del Gobierno. Por ejemplo, para financiar centros escolares de ideario católico recibe 3.900 millones de euros, para asistencia sanitaria y para la obra social 2.500 millones, para los profesores de religión 700 y así suma y sigue.

“Si la Iglesia tributase el IBI solo el Ayuntamiento de Santiago de Compostela ingresaría 200.000 euros al año”, afirmó recientemente el diputado del BNG Francisco Jorquera. Según Ruiz-Gallardón, ex alcalde de Madrid ingresaría 94 millones anuales más cada año. Europa Laica estima que cada año los municipios dejan de recaudar 700 millones de euros en toda España; una cifra que la Conferencia Episcopal reduce a 100 .

Paralelamente a estas declaraciones, era presentada en Córdoba la primera denuncia contra el expresidente ejecutivo de Cajasur (1977-2005), el cura Miguel Castillejo, cajero por su condición de canónigo penitenciario del cabildo catedralicio.

La base de la denuncia tiene que ver con las sanciones a Cajasur publicadas en el BOE el pasado 15 de junio, que hacen referencia a las tres infracciones muy graves y una grave impuestas por el Banco de España por distintas irregularidades. Según la denuncia, estas sanciones acabaron con la intervención de la entidad, rescatada en mayo de 2010 con dinero público (550 millones del FROB) con despidos traumáticos mientras algunos responsables cobraron blindajes elevadísimos. Esta no es la primera vez que CajaSur se las tiene que ver con la Fiscalía Anticorrupción. En 2003, la Junta de Andalucía denunció al cura Miguel Castillejo por dos delitos: uno de falsedad documental y otro de apropiación indebida por valor de 10,2 millones de euros.

Todos los responsables de dicha entidad eran sacerdotes. Castillejo Gorráiz, se retiró con una pensión multimillonaria que heredarán sus hermanas. Al salir de la entidad pasó a ser presidente de una fundación que lleva su nombre y que le fue cedida por el constructor metido a político e implicado en la Operación Malaya, Rafael Gómez ‘Sandokán’.

Precisamente, el Banco de España considera que CajaSur quebró, entre otras razones, por operaciones de alto riesgo con constructores de la ciudad de Córdoba, entre ellos con la empresa de “Sandokan”, Arenal 2000. Cajasur tenía un agujero de casi 600 millones de euros en pérdidas y una morosidad superior al 8,5%.

La Iglesia católica también se sumó a la fiesta del ladrillo. El entramado de créditos y participaciones empresariales que se tejió alrededor de la construcción a principios de este siglo fue lo que llevó a la caja a la quiebra.

Y en este recorrido angelical, no podemos olvidarnos de Juan Antonio Reig Pla, el actual obispo de Alcalá y ex de Segorbe- Castellón. Cuando tomó posesión de dicha población en 1996 hizo su entrada a lomos de un borrico: como Jesús en Jerusalén. Este individuo que sólo abre la boca para insultar a las mujeres y a los homosexuales, amante de la pompa y de la suntuosidad en los actos litúrgicos, se rodeó en su obispado de sacerdotes del Opus Dei y de las Comunidades Neocatecumenales, desplazando a los más progresistas.

También fue polémico por invertir fondos de la diócesis en Bolsa y más concretamente en una empresa farmacéutica relacionada con la producción de Viagra. Pero sus inversiones fracasaron y la diócesis perdió cerca de cinco millones de euros por lo que Reig Plá decidió bajar el sueldo a los párrocos de la zona, conminándoles a completar su salario con lo que sacasen del cepillo, lo que provocó la denuncia pública de 19 curas contra su obispo.

El Estado español (central y periférico) entrega a la Iglesia católica más de 10.000 millones de euros anuales, lo que puede suponer algo más del 1% del PIB en 2011, según el observatorio de la Laicidad (laicismo.org).

Francisco Delgado, presidente de Europa Laica afirma que la “Iglesia católica española es inmensamente rica. Además vive en un verdadero paraíso fiscal, al estar libre de impuestos y la inmensa mayoría de sus bienes y de sus cuentas son totalmente opacas”.

Sin contar los 600 millones de euros que recaudan de los cepillos, dinero absolutamente ennegrecido.

La Iglesia de Rouco es propietaria en España a través de parroquias, órdenes religiosas, fundaciones, universidades o asociaciones de un importantísimo patrimonio. Según el historiador Stanley G. Payne, cien mil son las propiedades de la Iglesia, de las que 50.000 serían edificios religiosos. ¡Ah! Y no nos olvidemos de sus cadenas de televisión, emisoras de radio (COPE), una mutua de seguros (Umas), 30 editoriales, 57 revistas, y tres portales de Internet así como más de 120 mil hectáreas en tierras agrícolas

Y no podemos finalizar este capítulo sin denunciar de nuevo cómo la Conferencia Episcopal, a través de la actual Ley Hipotecaria, registra a su nombre inmuebles como templos o cementerios que carecen de títulos de propiedad. Este hecho, denominado inmatricular ha provocado indignación en numerosos pueblos ya que consideraban esas propiedades de ayuntamiento o sea de los vecinos.

Antes se denominaba a estos hechos requisar, ahora inmatricular en nombre de Dios.

Mercè Rivas Torres es periodista y escritora

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