El Cabildo de la Catedral con el consenso de la Consejería de Cultura que dirige Rosa Aguilar, aprovecha el tirón turístico, derivado de la propia polémica sobre su inmatriculación por el obispado, para adaptarse y aprovechar al máximo esta importante fuente de ingresos para sus arcas y para expandir su proselitismo a costa de un bien público.
El Cabildo lanza un ambicioso proyecto sobre cómo se presenta el monumento
No hay mal que por bien no venga, han debido pensar en el Cabildo Catedralicio de Córdoba desde el día en que la polémica se colocó como un nubarrón permanente sobre la Mezquita-Catedral. El ente de la Iglesia Católica propietario del principal templo y monumento de Córdoba no tardó en reaccionar ante la afrenta de la titularidad y los usos. Los datos le vienen dando la razón de manera sistemática: 1,7 millones de visitantes en 2015,récord tras récord.
Pero desde que hace más de dos años empezó a colear este asunto, el Cabildo Catedralicio se percató de que en paralelo debía trabajar de puertas para adentro. Ahí nació un ambicioso plan de marca que con apoyo de empresas de comunicación y gestión turística —no sin debate interno entre canónigos y con el propio obispo Demetrio Fernández— se ha puesto en pie y va a comenzar a desarrollarse en las próximas fechas. Un nueva «imagen corporativa» del propio Cabildo Catedralicio con varias patas. La principal, la que atañe al monumento y templo católico, pero también habrá espacio para elámbito religioso, la labor social del órgano catedralicio y tareas de administración. Eso sí, llevará años de ejecución.
En lo que atañe a la Mezquita-Catedral, el plan de marca podría decirse, según la información recabada por ABC, que se desplegará en tres fases. La primera se basa en la renovación de la señalización e hitos informativos internos y externos. Se parte de una imagen corporativa nueva y una marca: «Conjunto Monumental Mezquita-Catedral» que, como ayer mismo aclaraban fuentes del ente eclesiástico, busca «armonizar el carácter religioso que como Catedral tiene, con la dimensión cultural e histórica del Conjunto Monumental Mezquita-Catedral, además de modernizar los materiales para mejorar la experiencia en la visita turística».
En el origen del trabajo desplegado estos años por el Cabildo está un denso diagnóstico hecho con encuestas a los propios turistas. El retorno ha sido altamente positivo, como ya avanzó en su día ABC, el 77% de los visitantes ensalza la conservación del bien y hasta un 96% se mostraba satisfecho con la visita. Sin embargo, en el plano de la gestión cultural se ponen sobre la mesa nuevos formatos más acordes a los nuevos tiempos. Nuevos servicios desde Internet, nuevos folletos, carteles, señalizaciones…
En una segunda fase llegará el trabajo con las visitas al recinto. Si ahora mismo existe un prototipo de recorrido guiado, además de otro nocturno con efectos audiovisuales, y el que da acceso a la torre-campanario de 55 metros de altura, en un futuro inmediato —aún se trabaja en ella— se renovarán estas visitas y se dará cabida a nuevas maneras de conocer un monumento que, como dicen sus propios arquitectos conservadores, siempre aporta algo nuevo a la mirada de un turista cuando lo transita. Llegarán nuevos recorridos especializados aún en ciernes. Para una tercera fase algo menos clara en el calendario, la vinculación de la Mezquita-Catedral con el futuro centro de interpretación que se está ejecutando en el Palacio Episcopal.