Este famoso enclave sevillano fue un espacio abierto para todos hasta el año 1992
El Patio de los Naranjos es uno de los enclaves más emblemáticos y conocidos de la capital hispalense. Para acceder a este espacio, es necesario adquirir una entrada para visitar la Catedral de Sevilla, ya que está conectado con ella. Sin embargo, esta no fue siempre la política de visitas, ya que hasta 1992, el Patio de los Naranjos era de acceso público y libre para todos los visitantes.
Para entender cómo se llegó a la privatización de este patio, es importante retroceder casi 90 años en el tiempo, hasta 1946. En ese año, se implementó una reforma hipotecaria bajo el régimen de Franco en un intento por corregir lo que había sucedido en 1822 con la desamortización de Mendizábal, cuando se nacionalizaron los bienes de la Iglesia.
Esto implicó la expropiación de tierras eclesiásticas, conocidas como «manos muertas» debido a su falta de productividad. Luego se subastaron públicamente. Estas tierras habían llegado a manos de la Iglesia a través de donaciones, herencias y sucesiones sin herederos.
A partir de 1946, se permitió que la Iglesia inscribiera legalmente todos sus bienes que no estuvieran destinados al culto. En 1992, se procedió a la inmatriculación del Patio de los Naranjos y, desde entonces, solo es accesible con la visita a la Catedral de Sevilla.
La plataforma de Sevilla contraria a la inmatriculación de bienes acometida a su favor por la Iglesia Católica entre 1998 y 2015 ha estado luchando por devolver el carácter público al Patio de los Naranjos. Según este grupo, desde su construcción como un patio de abluciones de la mezquita aljama de Sevilla en el siglo XII hasta su transformación en el claustro de la Catedral cristiana un siglo más tarde, el Patio de los Naranjos siempre estuvo abierto al público durante el día, estableciendo una comunicación constante entre la ciudad y el espacio del patio.
Este proceso de privatización se enmarca en un fenómeno más amplio que ha ocurrido en todo el país, donde se han inmatriculado muchos espacios bajo una normativa perjudicial para el patrimonio público. Esto incluyó la inmatriculación del Patio de los Naranjos, junto con la Giralda, como «dependencias anexas» de la Catedral, lo que cambió su carácter y privó a la ciudadanía de su acceso libre.
En 2022, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acordó con la Iglesia devolver cerca de 1000 de los 35.000 inmuebles que habían sido inmatriculados entre 1998 y 2015, incluyendo la Catedral de Sevilla. El grupo crítica que esta lista no incluya las inmatriculaciones realizadas entre 1946 y 1998, período en el que ocurrió la del Patio de los Naranjos.
Además, señalan que cerca de 1000 de los inmuebles en la lista fueron inmatriculados por error, y que existen «incidencias» en ocho de los 295 inmuebles inmatriculados por la Archidiócesis de Sevilla según el informe del Gobierno.
El colectivo exige la reversión de los bienes inmatriculados ilegítimamente por la Iglesia, amparándose en un privilegio franquista de 1946. También piden la creación de una normativa que determine cuándo un bien religioso de extraordinario valor histórico debe ser de dominio público, y la formación de patronatos públicos, similar al de la Alhambra, para gestionar espacios como la Catedral de Sevilla, el Alcázar y el Archivo General de Indias. Este patronato debería incluir la participación del Ministerio de Cultura, diversas administraciones, universidades y asociaciones patrimonialistas.
Además, la plataforma está promoviendo una campaña para que el Cabildo Catedralicio, afiliado a la Archidiócesis de Sevilla, abra el Patio de los Naranjos de manera inmediata, devolviendo su carácter como espacio público accesible para todos.
Tema en el Congreso
Por su parte, el Grupo de Sumar en el Congreso confeccionaba una iniciativa con una batería de preguntas en torno a las reivindicaciones de la plataforma contraria a la inmatriculación de bienes acometida a su favor por la Iglesia Católica, reclamando entre otros aspectos que el Gobierno central aclare si tiene previsto alguna gestión para que el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla recupere su función de espacio de pleno acceso público, tras haber sido «privatizado» como parte de la visita de pago al templo, declarado Patrimonio Mundial en 1987.
En ese marco, Sumar pregunta en su iniciativa al Congreso por los motivos por los cuales «no ha habido avances concretos en la recuperación de bienes inmatriculados en posesión de la Iglesia por sus legítimos propietarios» y si está previsto «ampliar el informe remitido al Congreso para abarcar todas inmatriculaciones de la Iglesia católica en España desde 1946 realizadas por el procedimiento que únicamente exigía una certificación propia como privilegio otorgado por el franquismo».
Del mismo modo, entre la batería de preguntas figura una petición de información sobre si hay previsto emprender «gestiones oportunas para que el Patio de los Naranjos de Sevilla pueda volver a ser un espacio público, como lo fue hasta 1992».
Breve historia del Patio de los Naranjos
El Patio de los Naranjos tiene una configuración rectangular con dimensiones de 43 por 81 metros. Su construcción comenzó en el año 1172 y concluyó en 1186. Desde entonces y hasta la época de la reconquista cristiana, el patio desempeñó diversas funciones tradicionales musulmanas, sirviendo como cementerio, salón de fiestas y espacio para eventos culturales.
Los lados más cortos del patio estaban conformados por siete arcos centrales que corresponden a la entrada original al recinto árabe, actualmente conocida como la Puerta del Perdón. La otra sala de oración de la mezquita se ubica en el lugar donde hoy se encuentra la Puerta de la Concepción, decorada siguiendo el estilo renacentista y destacando una fuente con una taza superior de origen visigodo.
A lo largo de los años, el Patio de los Naranjos ha experimentado diversas modificaciones que han alterado su carácter original. En 1618, se derribó el ala oeste para dar paso a la construcción de la Iglesia del Sagrario.
Precios para entrar
Para entrar en el Patio de los Naranjo, es necesario pagar una entrada para la visita de la Catedral. El precio de las entradas es el siguiente:
- La entrada general tiene un precio de once euros si se compra a través de la web o de doce euros si se compra en taquillas.
- También existe una entrada reducida destinada a pensionistas mayores de 65 años, estudiantes de hasta 25 años y personas con más de un 33% de discapacidad. Esta entrada tiene un precio de seis euros online y de siete euros en taquilla.
- Por último, la entrada es gratuita para naturales o residentes de la Archidiócesis de Sevilla, para menores de 13 años acompañados por un adulto, desempleados con nacionalidad española y para personas con más de un 65% de discapacidad.