También desde el Vaticano se muestran comprensivos con la ira que la condena a Gotovina ha desatado en los sectores ultra-nacionalistas croatas.
COMENTARIO: El Vaticano viene realizando una política de apoyo a la entrada en la UE de países católicos y así poder realizar su ansiado control moral y político.
El general serbio Ratko Mladic no es el único criminal de guerra que ha dejado el conflicto de los Balcanes. La prueba está en el general croata Ante Gotovina, el que fuera jefe militar de las fuerzas de Croacia, condenado hace sólo un mes por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) de la Haya a 24 años de cárcel por la operación de limpieza étnica que en 1995 llevó a cabo en la región de Krajina, donde asesinó a unos 150 civiles serbios y expulsó de la zona a cerca de 150.000.
Sin embargo, la práctica totalidad de los croatas considera a Gotovina un héroe nacional y rechaza con rabia su condena. Hasta el punto de que, según reflejan los sondeos, la mayoría de ellos se muestra dispuesta a renunciar a la entrada de Croacia en la Unión Europea (prevista para 2012 ó 2013) a cambio de ver libre a su héroe nacional.
Incluso la Iglesia croata cuestiona el veredicto del Tribunal de la Haya y da la cara por Gotovina. No en vano, y antes de ser detenido en diciembre de 2005 en las Islas Canarias, se supone que Gotovina se ocultó durante un tiempo en un convento franciscano en Croacia. Al menos eso denunció Carla del Ponte, la que fuera fiscal jefe del TPIY.
Jornada de las familias
Es precisamente a este país de poco más de cuatro millones de habitantes y aplastante mayoría católica que la Santa Sede (junto a Alemania) fue el primer Estado en reconocer tras declararse independiente, donde llegó este sábado Benedicto XVI. El Papa aterrizó a las 11.00 horas en Zagreb, la capital, donde el domingo presidirá una misa para cerrar la jornada nacional de las familias católicas croatas, el gran objetivo de su visita.
Sin embargo a nadie se le escapa la importante dimensión política de este viaje, el 19º que realiza el Pontífice alemán. Y no sólo por el rotundo empujón al ingreso de Croacia en la UE que supone la visita del Papa a Croacia. "Es lógico, justo y necesario" que Croacia entre en la UE, aseguró hoy el Papa a los periodistas que le acompañaban en el avión hacia Zagreb. Pero además, y como telón de fondo a su visita, se encuentra inevitablemente la condena a Gotovina y el rechazo de la conferencia episcopal croata a la misma.
"El Tribunal de La Haya no ha tenido en cuenta que Croacia era víctima de la agresión serbia", sentencian los obispos croatas en defensa del militar. También desde el Vaticano se muestran comprensivos con la ira que la condena a Gotovina ha desatado en los sectores ultra-nacionalistas croatas.
"Es necesario entender los motivos de la reacción a esa sentencia", comentaba el miércoles Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede. "Los croatas se han sentido un poco heridos por la perspectiva en la que ha sido presentada la guerra, que no ha reconocido la dimensión de liberación que para ellos era muy importante".
Durante su primera jornada en el país, Benedicto XVI recibió un baño de masas en la vigilia que celebró con miles de jóvenes croatas en el centro de Zagreb, a los que aseguró que Jesús "no es un embaucador" y exhortó a que no cedan a la tentación de las cosas materiales, "al tener y el poseer", según informa Efe.
Acogido con cantos y aplausos y los clásicos "Benedicto, Benedicto" por más de 50.000 jóvenes, que desafiaron estoicamente las tormentas y fuertes lluvias que descargaron por la tarde en la capital croata, el Pontífice invitó a los muchachos a poner su confianza en Jesús, "ya que nunca os desilusionará".
"Jesús no es un maestro que embauca a sus discípulos: nos dice claramente que el camino con Él requiere esfuerzo y sacrificio personal, pero que vale la pena", dijo el anciano Pontífice, de 84 años, que presentaba buen aspecto.