-También el PP pidió que le prohibiesen la entrada en España ¿Qué le hace a usted tan polémico?
-En Occidente muchos creen que declararse musulmán es ya oponerse a la sociedad laica, lo cual no es cierto en mi caso. Yo reclamo la igualdad de derechos, entre los que está la libertad religiosa. A muchos musulmanes les resulto demasiado europeo, porque también a ellos les hago preguntas incómodas precisamente sobre esos derechos. Acepto esa polémica, es inevitable.
-Hablemos de otro personaje controvertido, Benedicto XVI¿
-Leí su discurso. Fue torpe, pero no ofensivo, no tiene que disculparse. La pregunta que él se hacía sobre la relación entre violencia e islam es legítima y hay que responderla, pero en un debate racional. Reaccionar como se ha hecho es lamentable. Lo que yo le criticaría a ese discurso de Papa, si acaso, es su definición de Europa como herencia exclusiva del cristianismo y el racionalismo griego. El islam es también parte de Europa, es una de las fuentes de ese racionalismo y está presente en la Europa de hoy. Al excluirnos del pasado de Europa, parece que nos están excluyendo de su futuro.
-Pero la gente ve esa violencia y se siente amenazada por ella¿
-Y hay que ser crítico con esos comportamientos, pero también es preciso contextualizarlos. Suceden en países pobres y sin libertad, y están instrumentalizados por el poder. No hay que justificarlo, pero sí intentar entenderlo y trabajar desde la base para cambiarlos¿
-¿Y tiene éxito ese trabajo? Porque la sensación general es la de un avance del fundamentalismo.
-El que destruye siempre hacer más ruido que el que construye. Pero también hay un proceso de transformación del discurso islámico al que no se presta atención. Cuando viajo por Europa encuentro una mayoría de musulmanes que, sin dejar de ser musulmanes, se ven como europeos. Es una revolución silenciosa. Falta que todos salgamos de nuestros guetos respectivos.
-Pero usted insiste en el carácter revelado e inmutable del Corán. ¿No le convierte esto en un fundamentalista?
-Creer que el Corán es un texto revelado no implica leerlo de forma literal. Existen principios inmutables, pero otros deben interpretarse históricamente. Es el equivalente al «reformismo cristiano», la Teología de la Liberación o la idea de «ética global» de Hans Küng. Curiosamente, sin embargo, parte de la izquierda, que acepta la idea de una Teología de la Liberación cristiana, la combate cuando se presenta en su forma islámica.
-El cristianismo se ha secularizado ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con el islam europeo?
-Puede ser, pero eso no es lo importante. Lo importante es tener esa libertad de ser musulmán o no y de elegir libremente en base al conocimiento y no a la imposición.