En medio del debate sobre la propiedad de la Mezquita-Catedral de Córdoba que el obispado defiende como suya, salen a la luz documentos que señalan cómo esa apropiación –del edificio y de su denominación– es cosa de los últimos años y no era entendida como tal por la propia Iglesia anteriormente.
En 1985, el obispado de Córdoba quiso organizar un programa de actos con motivo de la conmemoración de los doce siglos desde que se comenzó a construir la Mezquita de Córdoba, en el año 785. La misma Iglesia denominaba entonces al monumento como es conocido internacionalmente –Mezquita– y pretendía dar reconocimiento al edificio más emblemático de Córdoba construido en época árabe que, posteriormente, en 1239 se consagró al culto católico y donde se construyó en su interior la catedral de la ciudad.
Así consta en varias cartas que forman parte del correo intercambiado entre diciembre de 1984 y enero de 1985 entre el entonces obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido, y el alcalde de la época, Julio Anguita. En esas cartas, además, el obispo reconoce que la Iglesia sólo se tenía por “custodio” del monumento y no como propietario como defiende ahora.
En una de esas cartas, a la que ha tenido acceso eldiarioandalucia, se fecha el 5 de enero de 1985 una invitación del obispo al alcalde de Córdoba con motivo de la presentación “a las autoridades cordobesas y medios de comunicación (…) del programa de actos que conmemoran el XII Centenario de la Mezquita de Córdoba”. En el mismo texto, más abajo, puede leerse cómo Infantes Florido requiere la presencia de Anguita en dicho acto “en el que a toda la sociedad cordobesa y española vamos a ofrecer el fruto de nuestro trabajo en pro de este Monumento Universal del que somos custodios”.
Ese término, el de “custodios”, choca con la defensa de los últimos años del obispado para justificar que la Iglesia es la propietaria de la Mezquita-Catedral, algo que ha dado lugar a un debate abierto en la ciudad y ha trascendido fronteras sobre la apropiación de este monumento universal declarado Patrimonio de la Humanidad.
Inmatriculación sin título de dominio
De hecho, el actual obispado cordobés defiende la inmatriculación que sobre la Mezquita hizo la Iglesia en 2006, inscribiendo el monumento a su nombre en el Registro de la Propiedad con un coste de 30 euros y amparados en un artículo franquista de la Ley Hipotecaria que le otorga capacidad a los diocesanos para apropiarse de bienes con su propia certificación como prueba de fedatarios públicos.
El propio Cabildo Catedralicio es quien puso la Mezquita a su nombre en el Registro de la Propiedad, denominándola “Santa Iglesia Catedral de Córdoba” e inscribiéndola sin poseer título de propiedad sobre ella.
“La Diócesis de Córdoba (…) resulta dueña del pleno dominio de esta finca, que posee quieta y pacíficamente, sin interrupción ni contradicción, desde tiempo inmemorial a título de dueño, sin que tenga título escrito de dominio”, consta en el documento del Registro de la Propiedad con fecha 2 de marzo de 2006. Y añade: “Y ahora (…) solicita la inmatriculación a favor de la Diócesis de Córdoba, de la finca de conformidad con lo dispuesto en el artículo 206 de la Ley Hipotecaria”.
Desde entonces, la actitud de la Iglesia sobre la Mezquita-Catedral ha dado un giro de 180 grados, como se desprende de las cartas entre el obispo Infantes Florido y el alcalde Julio Anguita. Si en esa época el obispado denominaba al monumento “Mezquita”, ahora sólo lo llama “Catedral”. Y si antes se erigían en “custodios” del monumento, ahora defienden su apropiación por su inmatriculación pese a no tener título de propiedad.
Si en 1985 se enorgullecían de celebrar los doce siglos de la construcción de la Mezquita –como muestran las cartas entre obispo y alcalde de entonces-, en la actualidad conmemoran los 775 años de la consagración al culto católico del edificio.
Un cambio que se muestra también en un estudio realizado por la plataforma Mezquita-Catedral Patrimonio de Todos que ha rescatado del archivo las publicaciones del Obispado que se referían al monumento como “Mezquita” o “Mezquita-Catedral” hasta 1998, una terminología que, sin embargo, ha desaparecido en la actualidad de las manifestaciones de la Iglesia sobre el emblemático edificio.