Andalucía tiene nueve centros educativos privados concertados que segregan a su alumnado por sexo. Todos reciben financiación pública del Gobierno andaluz, pero, desde la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) en abril de 2023, están abocados a perder esos fondos (si mantienen el modelo diferenciado) o a reconvertirse en escuelas mixtas.
Sin embargo, tres de esos centros, de ideario católico, han encontrado una vía intermedia para intentar salvar su concierto con la Junta sin renunciar a la segregación en las aulas: informar a los padres de que su modelo de educación segregada sigue vigente. Se trata del colegio masculino Altair, gestionado por el Opus Dei en Sevilla; y los colegios femeninos Ángela Guerrero (Sevilla) y Nuestra Señora de Lourdes (Carmona).
La legislación básica actual –LOMLOE (2020)– prohíbe explícitamente la educación diferenciada en “los centros sostenidos parcial o totalmente con fondos públicos”. Este precepto legal fue recurrido ante el Tribunal Constitucional por los afectados alegando una vulneración del derecho a la libertad religiosa. La Conferencia Episcopal, el PP y Vox son abiertos defensores de la educación segregada por sexos sostenida con fondos públicos, como una expresión más del llamado “derecho a decidir” de las familias.
No es la primera vez que el sector más conservador de la sociedad echa este pulso a un Gobierno socialista: en Andalucía hubo varios asaltos legislativos y judiciales, de los que siempre salió indemne la escuela segregada. Pero sí es la primera que el Constitucional zanja el asunto denegando la financiación pública a colegios que prohíben la entrada a niños o a niñas. Estas escuelas pueden continuar con su modelo de enseñanza, pero como centros íntegramente privados.
El pasado 1 de marzo empezó el plazo de escolarización en Andalucía para el curso 2024/2025, que estará abierto hasta el 1 de abril. Es el primer año escolar tras el fallo del Constitucional que, en teoría, obliga a los nueve centros con educación diferenciada a admitir alumnado de ambos sexos.
La Consejería de Desarrollo Educativo les remitió hace dos meses la sentencia del TC, para que tuvieran en cuenta el cambio de modelo educativo que pueden ofertar de cara al curso 2024/2025. “Estos centros conocen la legislación en vigor y saben que tienen que ajustarse a ella”, explican desde el departamento de Patricia del Pozo. Sin embargo, no está ocurriendo exactamente así, como ha podido constatar este periódico.
Sin solicitudes, no se incumple la ley
Todos estos centros siguen protegidos por los conciertos en vigor, que la Junta les otorgó justo antes del fallo del TC (pero después de que se aprobara la LOMLOE en 2020): los de Primaria se renovaron en enero de 2023 para seis años, y los del resto de etapas se renovaron en 2021 y expiran el próximo enero, de cara al curso 2025/2026.
La situación es particularmente compleja en el segundo ciclo de Infantil (de 3 a 6 años), principal puerta de acceso al sistema escolar andaluz, con nueve de cada diez alumnos de nuevo ingreso. Su concierto expira este curso y los tres colegios que segregan por sexo están disuadiendo explícitamente a las familias que acuden a informarse estos días, durante las jornada de puertas abiertas, para evitar que matriculen a sus hijas. O a sus hijos, según el caso. Porque, de formalizarse esas matrículas, los tres colegios estarían obligados por ley a admitirlos a todos.
Esta redacción ha podido constatar los mensajes disuasorios, la falta de veracidad o directamente la información falsa que los responsables de estos colegios están transmitiendo a las familias que se han interesado por matricular a sus hijos en estas escuelas, con la esperanza de que este curso se abrirían a tener aulas mixtas en Infantil.
No obstante, el profesorado y el equipo directivo que atiende a los padres y madres en estas sesiones informativas tratan de que, en la práctica, el centro siga siendo exclusivamente masculino o femenino por ausencia de demanda de alumnos de ambos sexos. En esas sesiones, a preguntas de las propias familias, se ha reiterado que el centro era exclusivo de niños o de niñas (pese a haber borrado todo rastro de este modelo en su página web). Es decir, que o bien sigue prohibida la entrada a las niñas (en el caso del Altair) o bien no aceptan a los niños (en los otros dos centros).
Aferrarse a un modelo con las aulas vacías
Los tres colegios se resisten a acoger alumnos del sexo contrario aun cuando las aulas de Infantil de todos ellos están prácticamente vacías por la “baja natalidad”, como explican sus propios directores. Esta misma razón es la que arguye el Gobierno de Moreno para justificar el cierre de aulas en las escuelas públicas. De hecho, se han suprimido unidades de Infantil con mayor demanda que estos tres colegios católicos: en el Altair cuentan con la mitad de niños que la ratio legal –25 por aula– y en el de Carmona, la falta de alumnas hace que se mezclen niñas de distintas edades en una misma aula y, aún así, apenas suman una docena.
El colegio Altair, del Opus Dei; el Ángela Guerrero, un centro gestionado por monjas en pleno centro de Sevilla; y el centro Nuestra Señora de Lourdes, en Carmona, también de monjas, se presentan en privado como escuelas “de educación diferenciada” concertadas (esto es, sostenidas con fondos de la Junta de Andalucía). Al ser cuestionados sobre la LOMLOE y el pulso en los tribunales contra la segregación en las aulas, un miembro del Altair respondió así: “No, el Gobierno de Juanma Moreno ha blindado la educación diferenciada”.
En el caso del Altair, ubicado en el distrito obrero de Cerro-Amate, se ha invitado a los padres a matricular a sus hijas de tres años en el Ángela Guerrero, a cinco kilómetros de allí, sirviéndose de un autobús privado que el propio AMPA del centro de niñas pone a disposición de las familias para facilitar el desplazamiento. La connivencia entre ambas escuelas –una exclusiva de niños y otra sólo de niñas– sirve para solventar “el problema de los hermanos, sobre todo de los mellizos o gemelos”, que tienen que separarse porque están vetados juntos en la misma escuela.
Este periódico ha recabado fuentes de familias que han asistido a estas jornadas durante los meses de enero, febrero y marzo, y también se ha personado en esas charlas introductoras que la dirección del centro y el profesorado ha ofrecido a padres y madres interesados en escolarizar a sus hijos allí. Estas son algunas de las escenas que ha podido presenciar este periódico:
Colegio Altair, Sevilla (solo niños)
Una pareja acude con su hijo a una de las jornadas de puertas abiertas que ofrece el colegio Altair las semanas previas a que se abra el periodo de escolarización. Durante la visita al edificio de Infantil, la madre plantea algunas dudas y se muestra muy interesada en escolarizar allí a su pequeño.
La directora de esta etapa, Concha Feliú, la tranquiliza diciendo que no va a tener problemas en que su hijo entre porque, como ha afirmado el director del centro durante la bienvenida: “Todo el que quiera puede entrar, en Infantil va a haber plaza seguro”. El problema llega cuando esta madre plantea, al final de la visita, otra pregunta: “Quería saber si mi hija también podría matricularse”.
La directora de Infantil responde tajante: “Es un colegio de educación diferenciada”. Y cierra así la puerta a que esta madre y cualquier otra escolarice a sus dos hijos en el mismo centro que da cobertura a barrios humildes de Sevilla. Sin embargo, le ofrece una alternativa: llevar a la pequeña al colegio Ángela Guerrero, en el Casco Antiguo, con el que “compartimos ideario” y con el que están conectados gracias a un autobús con parada en el Altair que ofrece el AMPA del colegio exclusivo de niñas.
Al día siguiente, este periódico contacta con el director del Altair, Javier Delgado, para preguntarle por esta cuestión y el responsable asegura que “ya somos un colegio mixto”, contradiciendo la versión que dan en privado, al seguir identificándose como educación diferenciada. Delgado asevera estar “cumpliendo la normativa”, en alusión a que este curso ya han entrado alumnas en la etapa de Formación Profesional (FP). Pero Infantil, Primaria y Secundaria siguen siendo cursos masculinos.
Al preguntarle por la posibilidad de acoger también a niñas en Infantil, el responsable del Altair se escuda en que “a día de hoy, no hemos tenido ninguna solicitud de chicas”. “¿Van a llegar niñas? No lo sé, el futuro no lo conozco, estamos ahora mismo con un problema de descenso de natalidad que hace que la mitad de los colegios estén vacíos, la gente querrá ir al colegio que tenga al lado y no querrán sus padres que estén con 50 chicos, pero nosotros estamos cumpliendo la normativa y a día de hoy no hemos tenido solicitudes”, declara a elDiario.es Andalucía.
Colegio Ángela Guerrero, Sevilla (solo niñas)
La directora del colegio Ángela Guerrero también identifica el centro como un colegio de “niñas nada más” cuando una pareja le plantea la posibilidad de matricular a sus mellizos. Esta vez la conversación se produce en una entrevista previamente concertada con la directora en su despacho. Ni por teléfono ni por escrito.
Ante la negativa, el padre comenta que “había leído que eso ya cambiaba este año” y que ahora abría aulas mixtas en esta escuela. Y entonces, la directora sale del paso diciendo: “Estamos ahí a la espera, no sé desde Delegación [de Educación] qué podría pasar. Nosotros tenemos muchas [alumnas] con hermanitos, que van a coles cercanos, no sabemos de aquí a unos años…”.
En esta ocasión, la directora ofrece como alternativa opciones de colegios públicos cercanos en los que matricular a los hermanos juntos con “facilidad”, aludiendo nuevamente al desplome de la natalidad: “Si vivís cerquita, en todos los colegios que vais a encontrar vais a poder meterlos tranquilamente a los dos porque hemos bajado la ratio”.
El padre pregunta si no han barajado la posibilidad de aceptar a niños para contrarrestar la paulatina pérdida de alumnas a la que se refiere la propia directora minutos antes. Pero la responsable del centro responde: “No nos lo hemos planteado la verdad, si hay una necesidad ya se vería, estamos abiertos, pero como es una cosa institucional desde siempre, mientras se pueda, se mantiene”.
Tras la reunión con esta pareja, el periódico contactó con la dirección del centro, que declinó “dar esa información públicamente”.
Colegio Nuestra Señora de Lourdes, Carmona (solo niñas)
Tampoco la directora del centro privado concertado Nuestra Señora de Lourdes, en Carmona, responde a las preguntas que le plantea elDiario.es Andalucía por teléfono. “Todos los temas de matriculación los hablamos presencialmente”, apunta, cortante. “Aquí vienen familias de Sevilla y nos preguntan lo que necesitan saber, acérquese por aquí”. Y cuelga.
Las explicaciones que no da por teléfono a preguntas de los periodistas las reserva para una pareja joven que visitó el centro en la primera semana del periodo de escolarización, interesados en matricular a su hija y a su hijo juntos. La directora rechaza al niño y defiende el modelo diferenciado. “Está ya reconocido que no estamos discriminando porque en Carmona hay ocho colegios. Lo hemos hablado con el inspector de educación y todo”, apostilla.
La directora de Nuestra Señora de Lourdes es la que se muestra más vehemente en su defensa del modelo diferenciado inherente al centro desde hace dos siglos: “En ningún momento estamos discriminando porque es una oferta que los padres exigen, que traen a sus niñas expresamente porque quieren un colegio solo de niñas, por eso también lo mantenemos, vivimos en una sociedad democrática, esto es una opción más, si no sería una dictadura”, manifiesta.
Comenta también el problema de la natalidad. “La mayoría de las niñas son hijas únicas”, señala después de recorrer las diferentes aulas, todas ellas compuestas por grupos muy reducidos de alumnas. Tanto es así que las más pequeñas (tres y cuatro años) comparten la misma clase. “Sería muy injusto que nos cerraran un colegio cuando hay padres que quieren y además con unos rendimientos académicos tan buenos como dice el inspector”, advierte.
Por último, menciona que en el currículo trabajan “muchísimo la coeducación”– esa que exige la normativa estatal para todos los centros financiados con fondos públicos . “Hacemos juegos de niños y de niñas, cambiamos los roles de los cuentos, hacemos teatros, participamos en todas las actividades que hace la Junta… Y las niñas por las tardes se relacionan con sus amigos, con sus primos, se desarrollan totalmente normal”, justifica, antes de terminar la conversación confesando: “No entiendo ese afán de quitarnos del medio”.
Otros colegios segregados en Andalucía
Además de estos tres colegios de Infantil y Primaria, en Sevilla hay otros tres centros educativos concertados de educación superior que han sido tradicionalmente exclusivos de niñas: Ribamar (de Secundaria y FP), Albaydar (FP) y Elcható (también de FP en Brenes). El resto de colegios segregados (de Bachillerato y FP) se encuentran en la provincia de Córdoba: Zalima (en la capital), Torrealba (en Almodóvar del Río) y Yucatal (en Posadas).
A diferencia del patrón identificado en los centros diferenciados de Infantil y Primaria, la redacción de elDiario.es en Andalucía ha podido comprobar que los de Bachillerato y FP se muestran ante las familias abiertos a acoger alumnos y alumnas indistintamente, aunque algunos como el Zalima insisten en hacer una entrevista presencial.
Es también lo que plantea el instituto Ribamar, centro del Opus Dei adscrito al Ángela Guerrero para dar continuidad a las niñas que se gradúan en sexto de Primaria. “Es cuestión de hacer una entrevista y hablarlo en el centro”, informan desde el Ribamar cuando se plantea la posibilidad de matricular a dos hermanos.
Los conciertos con los tres centros católicos de Infantil en Andalucía se renovaron en 2021 –con el marco legislativo de la LOMLOE en vigor– y expiran en enero de 2025. De modo que para seguir manteniendo esa financiación, “necesariamente tienen que cumplir con ese precepto legal”, como afirma Juan Luis Rubio, profesor de Política y Legislación Educativa en la Universidad de Sevilla, en referencia a la disposición adicional 25 de la LOMLOE en la que se prohíbe la financiación pública a los centros que segregan por sexo.
A nivel nacional, informa este profesor universitario, “la tendencia que se observa es que los centros se están transformando, integrando la coeducación”. “Ya van quedando casos aislados, es una característica que progresivamente va tendiendo a desaparecer”, diagnostica este experto en Política y Legislación Educativa.
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En Sevilla, el Albaydar es ejemplo de un centro que ha mantenido el concierto sólo en FP abriéndose al modelo mixto, mientras que ha privatizado su línea de Bachillerato para seguir limitándolo exclusivamente a alumnado femenino.
Sin embargo, los tres colegios segregados que siguen concertando etapas de Infantil y Primaria en Andalucía se aferran al modelo con el que nacieron, aunque para ello tengan que andar de puntillas para no pisar la legalidad. Si las familias desisten de matricular a sus hijos en el centro que les ha negado esa posibilidad, la ausencia de matrículas del sexo contrario será un hecho imputable a las familias que no se han matriculado y no al centro (que las ha disuadido de hacerlo).