Según el informe Percepciones sobre la autocensura: confirmación y comprensión del «efecto intimidatorio», la decisión de los cristianos por pasar desapercibidos en lo público tiende a hacer que la religión quede relegada a la intimidad del ámbito privado
Los ataques a la libertad de expresión y de conciencia de los cristianos y su aparente ausencia en la vida pública han protagonizado numerosos debates, columnas y encendidas discusiones, más o menos interesadas, en torno al testimonio público de la fe cristiana y su influencia en todos los ámbitos. Sin embargo, se habla mucho menos de la actitud de los propios cristianos frente al desafío que supone testimoniar su fe en un mundo hastiado del anuncio cristiano.
Efecto de autocensura
El reciente informe del Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina (OLIRE) y el Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra los cristianos en Europa (OIDAC Europa) aborda esta cuestión tan candente. Con el título Percepciones sobre la autocensura: confirmación y comprensión del «efecto intimidatorio», trata de responder a qué es la autocensura que afecta a los cristianos en su vida cotidiana en relación con los demás.
Los entrevistados provienen del mundo de la enseñanza, los medios de comunicación, la política y la religión; y además de establecer que la autocensura no es una hipótesis sino una realidad, el informe advierte de que este silencio no apacigua, en ningún modo, la creciente intolerancia contra el anuncio de la fe cristiana y sus principios.
La decisión de un número creciente de cristianos por pasar desapercibidos en lo público tiende a hacer que la religión y, por lo tanto, la antropología y los valores cristianos, queden cada vez más relegados a la intimidad
La táctica de la corrección
Según Madeleine Enzlberger, directora ejecutiva de OIDAC Europa, aunque la ley aún defiende la libertad de expresión en muchas jurisdicciones occidentales, la presión social tiende a disuadir a los cristianos en su testimonio: «Debido al clima social de intolerancia que rodea a los cristianos, estos no se sienten autorizados a hablar libremente: esa es la base del efecto intimidatorio».
La decisión de un gran número de cristianos por pasar desapercibidos en lo público tiende a hacer que la religión y, por lo tanto, la antropología y los valores cristianos, queden cada vez más relegados a la intimidad de las creencias subjetivas.
«Las formas que adopta la autocensura son variadas y, a menudo sutiles», según este informe, generando un mecanismo interiorizado e inconsciente de omisión y de huida del testimonio. Friederike Böllmann, autora del estudio de Alemania, señala que «ninguno de los entrevistados mencionaría la autocensura para describir sus omisiones deliberadas, y que preferirían describir su actitud como profesional, táctica, políticamente correcta».
Otra tendencia que surge del estudio, especialmente para Alemania, es la de la priorización de batallas, señalando que es difícil que una persona que desafía el orden establecido de intolerancia en un tema muestre la misma determinación en otros temas importantes. Y el «efecto intimidatorio» es, según sus autores, agravado por la llamada «cultura de cancelación», extendida en todos los ámbitos de la vida pública desde las esferas de poder.
Inadaptados socialmente
En Alemaniano se acepta ser un cristiano muy practicante y creyente: «La gente no es discriminada por pertenecer a una Iglesia, se ve como un simple elemento cultural pero en cuanto se trata de fe real, si argumentas como una persona creyente, se identifica como extremismo de derecha».
En Francia, país del secularismo posmoderno por antonomasia, parece haberse desarrollado una brecha generacional, según las respuestas de los entrevistados. Frente a una jerarquía eclesial y toda una generación particularmente propensa a la autocensura para no entrar en con el entorno, está surgiendo una nueva generación de fieles más desinhibidos y en clara sintonía con el conservadurismo ideológico.
Un alto nivel de educación religiosa parece desempeñar un papel importante en la capacidad de resistir al «efecto intimidatorio»
Descubrir la autocensura
En México y Argentina, los católicos tienden más a la autocensura que los cristianos evangélicos, con mayor formación bíblica. En general, un alto nivel de educación religiosa parece desempeñar un papel importante en la capacidad de resistir el «efecto intimidatorio» y hablar más abiertamente sobre temas relacionados con la vida, el matrimonio y la familia desde una perspectiva cristiana.
El informe parece concluir que la educación, por un lado, y la conciencia de la autocensura, por otro, son las dos claves principales para superar el efecto intimidatorio. De hecho, para casi todos los encuestados, darse cuenta a través de las respuestas de la incómoda realidad de la autocensura ha sido suficiente para despertar en ellos el deseo de profundizar en las verdaderas razones, no ideológicas, de este influjo pernicioso de lo políticamente correcto en la vida de fe y aprender a combatirlo.