En Cochabamba desde la Iglesia católica aseguran que el paso de un Estado católico a uno laico, producto de la refundación del país, no ha influido en el crecimiento natural de la institución y menos aún ha perjudicado la fe o reducido el número de creyentes.
“La Iglesia se mantiene en calidad y cantidad. Hay crecimiento en el mundo y también en Bolivia. Ya no somos un lugar de misión; ahora laicos y sacerdotes salen de Bolivia a hacer misiones a otros países como Filipinas o la India, eso muestra una evolución”, señala Honny Villarroel, canciller del Arzobispado de Cochabamba.
Villarroel considera que si se observan los números en la práctica de los sacramentos como el bautizo, confirmaciones o incluso el matrimonio, “no se ha visto influencia alguna del Estado”. Incluso, dice, en el caso de los matrimonios, la demanda ha crecido tanto que, “ahora se casan en febrero, que antes no querían o en año impar y hasta en la Catedral”. “Ahora se los hace porque las demás iglesias han sido rebasadas en su capacidad”, argumenta.