Aportamos un texto breve de un personaje fundamental en la historia del librepensamiento y la masonería en Portugal, es decir, de Magalhaes Lima.
Sebastiao de Magalhaes Lima (1850-1928) fue periodista, escritor y político republicano, interesado en el socialismo utópico, librepensador y fundamental masón en Portugal. En otra ocasión hemos analizado otro texto suyo sobre el optimismo, y ahora rescatamos otra joya, también publicada en Vida Socialista, y esta vez en el número del 4 de agosto de 1912.
El texto: “Espíritu emancipador
Lo que distingue al librepensador del dogmatismo teológico y metafísico es que éste considera al hombre aisladamente, al hombre esclavo, al hombre autómata, al hombre máquina, al hombre moralmente enfermo, al hombre ser pasivo é inconsciente, al paso que aquél considera á la humanidad como un ser pensante, consciente y activo, á la humanidad en su unidad espiritual; no sólo á la humanidad considerada bajo su aspecto material, á la humanidad que se manifiesta en las antiguas catedrales góticas que se yerguen altivas en la serena majestad de sus torres puntiagudas como amenazando el espacio; á la humanidad que se revela en la navegación marítima, en los caminos de hierro, en los teléfonos, en el telégrafo sin hilos, en el automovilismo, en los grandes canales que aproximan los mares, en los túneles que perforan las montañas; no sólo á la humanidad que se manifiesta en electricidad, cuya causa se desconoce, subyugando las fuerzas de la naturaleza; á la humanidad que transformando al hombre en ave, inventó el aeroplano destinado á borrar las fronteras, sino también á la humanidad que se revela en su marcha ascensional y laminosa, en su evolución lenta, mas segura, en una aspiración común, en un mismo ideal, en un mismo culto de la razón y de la dignidad humana en el mismo espíritu emancipador.
En las grandes construcciones desaparecen los nombres de los obreros que en ellas trabajan. Y cuando la gente contempla el mar y lo celebra y canta y admira, no recuerda una á una, aisladamente, las miríadas y miríadas de olas que lo forman. Ve la fuerza, la grandeza, la majestad de su conjunto. Así debe ocurrir entre nosotros en este mar de nuestros ideales.
Pasteur dice: «Creo en la ciencia y en la paz; creo que han de triunfar en la guerra y de la ignorancia y por eso creo que el porvenir ha de pertenecer á bienhechores de la humanidad.»
Un hecho reciente lo prueba. Con ocasión del naufragio del vapor «República», un modesto empleado de la telegrafía sin hilos, á pesar de conocer que el buque iba zozobrando por momentos, no abandonó su puesto, y á costa de esfuerzos inauditos consiguió que sus señales fuesen entendidas por otros barcos que navegan en alta mar á una gran distancia, salvando así cerca de mil personas. Estos son los verdaderos héroes de nuestros tiempos.”