Gil Tamayo resalta que, en su conjunto, el templo catedralicio «está sano», si bien expresa su preocupación por la torre.
El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, ha indicado este miércoles que la archidiócesis trabaja para «unificar» el esfuerzo con las administraciones para los actos que se vienen programando para la celebración del quinto centenario de la Catedral granadina, que comenzaron en 2023, año en que se cumplió medio milenio de la colocación de su primera piedra, y que se prolongarán hasta 2028, y así como en conseguir reforzar la «ayuda» de las instituciones tanto estatal como autonómica y municipal.
Gil Tamayo cree que habrá que poner en marcha una campaña de financiación
En declaraciones a los medios con motivo de una recepción por San Francisco de Sales, patrón de periodistas y comunicadores, monseñor José María Gil Tamayo ha resaltado el interés de un monumento «único» con un «significado» que es también «cultural», más allá de lo «religioso». Se trata en este contexto también de conseguir la colaboración de la «sociedad civil para que sea un evento redondo», ha indicado el arzobispo de Granada en relación con esta efemérides cuya conmemoración está previsto culmine en 2028 con un Año Jubilar.
El sábado 25 de marzo, coincidiendo con la Solemnidad de la Encarnación del Señor, nombre que lleva el templo catedralicio, tuvo lugar una eucaristía en la Catedral, con la que se iniciaban los actos conmemorativos de estos 500 años.
Este miércoles, en un encuentro informal con los periodistas, Gil Tamayo ha detallado posteriormente cuestiones como el estado del proyecto para la torre de la Catedral, donde está previsto un mirador sobre la ciudad, y los problemas estructurales que hay que «afrontar» en la construcción, algunos descubiertos tras las reformas que se llevaron a cabo al hilo de los terremotos de enero de 2021, hace ahora tres años.
El Arzobispado «esperaba más» de la iluminación de la Catedral de Granada
Ello exige una intervención con arreglo a un plan director, en el que la Junta puede colaborar al modo en que ha dicho que se ha «volcado» en las obras de la Catedral de Málaga. Con respecto de las «quejas» que ha reconocido ha habido en cuanto al resultado de la nueva iluminación del templo catedralicio granadino, en la céntrica Plaza de las Pasiegas, más oscura en las noches desde que se inauguró, el arzobispado ha indicado que «esperaba más», quizá porque tenía «otra idea» de la intervención que se iba a realizar, en el marco de un proyecto que se gestó antes de que asumiera la titularidad de la archidiócesis.
En general, es necesario afrontar la «financiación de algunas intervenciones» en el marco de la conmemoración del quinto centenario, mencionando también el estado de algunas vidrieras que se han caído, si bien en su conjunto la Catedral como construcción «está sana» y la Capilla Real «también está muy bien».
El Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de la Cartuja es quizá «la cenicienta entre comillas» en cuanto al patrimonio monumental de la Iglesia en la capital granadina, ha reconocido el arzobispo, quien es partidario de, a futuro, avanzar en la Abadía del Sacromonte, en proyectos que, «con respeto ecológico», puedan apostar por un «turismo de calidad» que ayude al sostenimiento de este otro enclave donde actualmente se desarrollan obras de reforma con cargo al Plan Alhambra y que han recibido también financiación del Gobierno de España.