La Iglesia reclama un “certificado por escrito” antes de desacralizar el oratorio para un aula
COMENTARIO: Lamentable y vergonzosa la actuación de la Universidad Complutense que ni siquera ha sido capaz de cumplir el acuerdo de la Junta de Facultad que hace cuatro años aprobó el cierre de la capilla. No es función de la Universidad dar espacios para el culto religioso, para eso están las iglesias y templos. Nadie puede considerar vulnerada su libertad de religión por no tener un lugar de culto al lado de su aula de estudio. Mantener la capilla, sea en el lugar que sea, es una discriminación inadmisible. Han tenido tiempo para denunciar el acuerdo firmado en su día con el arzobispado para gozar entre otros privilegios de 8 capillas en la Complutense. Es inadmisible que una institución académica mantenga esos privilegios medievales vulnerando la libertad de conciencia de las personas y la laicidad institucional que como administración pública debe respetar. Rectoradao y decanato han cedido a las presiones de grupos ultracatólicos y seguro que estarán dispuestos a firmar unos certificados que lo único que pretenden es afianzar su privilegio.
Después de una semana de movilizaciones, misas, vigilias y protestas a pie de facultad, el Arzobispado de Madrid ha aceptado el traslado de una capilla de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Complutense. El centro universitario aprobó ya en 2010 desplazar la capilla (la idea inicial era cerrarla pero la universidad pública aceptó mudarla de sitio tras las protestas) y había dado un ultimátum al Arzobispado para que eligiera una nueva ubicación entre cinco propuestas.
Aunque "no se ha llegado al deseado acuerdo sobre el traslado de la capilla", según señala el Arzobispado en su nota, ha aceptado uno de los nuevos lugares previstos. La primera ubicación prevista era un aula sin ventanas de la planta baja. El lugar elegido finalmente es un aula alargada con un ventanal en el primer piso de la facultad, según indica el decano, Luis Enrique Otero, que argumenta necesidades de espacio para el traslado. En la actual capilla, cerrada al público desde el 15 de julio, instalarán un aula y usarán parte del espacio para ampliar el Museo de Historia de América de la facultad
El decanato quiere empezar las obras de forma inminente para tener los espacios listos antes de que empiezce el curso en septiembre. El Arzobispado ha pedido "un certificado por escrito de la cesión del nuevo espacio para el uso sagrado" para el nuevo oratorio antes de desacralizar el anterior.
La relación entre la Complutense y el Arzobispado se ha vuelto a tensar con este traslado. El trasfondo del asunto es la negociación de un nuevo marco para los ocho oratorios católicos que alberga el campus público en virtud de un convenio firmado en 1993 con el Arzobispado y denunciado por la universidad a finales de 2013.
El rector, José Carrillo, señaló la semana pasada que estudia cobrar alquiler a la Iglesia por estas capillas, tras anunciar hace más de un año que sus intenciones pasan por cerrarlas o convertirlas en centros ecuménicos abiertos a otras religiones.
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