Cuando aún no clareaba el día en la cumbre de Gran Canaria y con una sensación de frío superior a los 14 grados que marcaba el termómetro, la Virgen del Pino, procedente de Tejeda, llegó a Artenara donde fue recibida por los tímidos aplausos de cerca de 200 fieles y vivas entonados por el párroco, Juan Manuel Molina. A bordo de un camión de Grúas Benito y con el vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, como copiloto, la imagen tocó suelo artenarense por primera vez en una jornada que fue calificada por el alcalde, Jesús Díaz, como «histórica, grande y de fiesta».
En esta recta final de la peregrinación que ha llevado a la virgen por los ochos municipios grancanarios afectados por los incendios del pasado mes de agosto, no sólo estuvo acompañada de los representantes institucionales de Artenara, sino que también acudió una representación de la Unidad de Emergencias (UME) y otra del área de Medio Ambiente del Cabildo, que hicieron sonar las sirenas de sus vehículos cuando la imagen entró en la iglesia, momento en el que también se escuchó el himno de España. A partir de ese momento se desarrollaron los actos religiosos previstos, tal como ha ocurrido en las jornadas anteriores.
Previamente, y «con permiso de la Virgen de la Cuevita», el alcalde, Jesús Díaz, cedió el bastón de mando a la patrona de Gran Canaria para que «vele» por Artenara y en agradecimiento por que los incendios que «devoraron el municipio no fueron a más».
En este sentido, hizo hincapié en que «hay que quedarse con la solidaridad recibida de toda Gran Canaria, de Canarias y de toda España», agradecimiento que de manera especial tuvo con los aldeanos -mención que fue acogida con aplausos por sus vecinos-, así como con San Mateo y Teror que acogieron a los habitantes de Artenara cuando «prácticamente tuvimos que salir con lo puesto». Esta visita, señaló Díaz, «viene a arroparnos y a darnos consuelo y alegría, y debe servir también para que vuelva la esperanza».
Como está siendo habitual en este recorrido de la Virgen del Pino por los municipios afectados por el fuego, también el alcalde de Teror, Gonzalo Rosario, estuvo presente en Artenara, aunque como el mismo señaló, «ayelao» y con el objetivo de evitar que «alguien quiera quedarse con la virgen» y asegurarse de que el domingo vuelve a su basílica, como apuntó en tono de broma. También, como ha ocurrido en los municipios que ha recorrido ya, entregó un pino «nacido y criado» en la finca de Osorio para «que siembre la semilla del cariño a la Virgen».