Estudia y serás una persona de provecho, me decían de niño. Cuántas cosas han pasado desde entonces. Vivimos en una sociedad en continuo cambio, y en aspectos sin tener claro si para bien. Hoy aquel provecho es otra cosa, y el trabajo un bien escaso. Pese a que estudiaron, una mayoría de la actual juventud acaba en paro. Gran parte de ella bien formada ha de buscar ese provecho y aligerar las cifras del paro emigrando. Así tratan de huir del incierto futuro en su país con altas tasas de desempleo, desregulación laboral, precarización, rebaja salarial, pobreza esclavista,.. Y no es eso, con ser mucho, lo único que agrede a las nuevas generaciones. Trato de explicarlo por partes.
El negro panorama no surge de mi supuesta demagogia. Nos lo dijo el delincuente ex jefe de los empresarios: hay que trabajar más y cobrar menos. Aparte lo viene confirmando el innegable resultado de las sucesivas reformas laborales que Diaz Ferrán pedía.
Hay quienes sugieren que competir imitando a los asiáticos sólo nos llevará a una sobreproducción, al crecimiento de la esclavitud en la población mundial y la concentración de riqueza en pocas manos. Puede que todo lo anterior no sea la verdad completa, pero sí algo muy relacionado con la educación que hemos de propiciar a nuestras criaturas. Así que educación y búsqueda de la verdad: menudo empeño en el momento actual. Digo búsqueda porque hablar de verdad absoluta me da repelús.
Empecemos por la educación. Sí, la que se proporciona en la familias, en las escuela y en la calle o en el ambiente mediático. El sistema escolar en general, pese a que ahora incluya ordenador e inglés, nunca fue un prodigio para anticiparse al futuro de su alumnado. Valga como ejemplo, la realidad histórica y social: del siglo XIX no se pasaba y lo de hablar de la crisis actual quita quita. En la familia, aquella preocupación por el provecho, hoy no se toca como antes. Ahora, o se acepta como dogma lo de la competitividad ambiente, o se oculta ¿para qué a los pobres angelitos? Ellos que se entretengan con la tele y que sigan criándose como si fueran a tener una vida como la que sale en las series.
Sigamos con la búsqueda de la verdad. El asunto me recuerda La mentira os hará libres. Es un libro en que Vallespín nos ilustra sobre el relato engañoso en que envolvemos nuestra vida mayores y pequeños. Este catedrático detalla como atamos mentiras, medias verdades, silencios clamorosos e incluso verdades contrapuestas. Ejemplo de una realidad lejana, la de USA. Allá donde la ciencia alcanza importantes cotas, su religiosidad ambiental más o menos profunda está llevando a que la teoría creacionista tenga que explicarse en la escuela por su gran seguimiento social. Y por aquí qué. Pues que nadie me discuta Mi Patrona o mi cofradía o también mi Madrid, mi Barça o mi Betis. Así confundimos, en una nebulosa, sentimientos con dogmas y verdades. Luego, acabamos tolerando como verdades absolutas lo que sólo son creencias particulares. Así pasa lo que pasa en París, en el rio Manzanares y -aunque menos trágico- en Bailén.