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Donald Trump, en la Casa Blanca, pide ayuda a líderes religiosos evangélicos para ganar en noviembre: “Si los demócratas vencen acabarán con todo”

El presidente Trump durante una oración en una cena con líderes evangelistas en la Sala de Cenas de Estado, en la Casa Blanca. / Doug Mills/ The New York Times

Rogó a pastores evangélicos que usen los púlpitos para hacer campaña.

El lunes por la noche, el Presidente Trump advirtió a los líderes evangelistas que los demócratas “anularán todo lo que hemos hecho y lo harán rápida y violentamente”, si los republicanos pierden el control del Congreso en las elecciones de medio término.

En una exposición frente al grupo en la Sala del Comedor del Estado de la Casa Blanca, Trump pintó un panorama duro de lo que significará perder la mayoría para la agenda conservadora de la administración, de acuerdo con un audio de sus comentarios, entregado a The New York Times por alguien que asistió al evento.

El presidente Donald Trump habla durante la cena que mantuvo con los líderes religiosos en la Casa Blanca. / AP

El presidente Donald Trump habla durante la cena que mantuvo con los líderes religiosos en la Casa Blanca. / AP

“Acabarán con todo inmediatamente”, dijo Trump. “Cuando vemos a los Antifa”, agregó, un término que describe a los grupos militantes de ultraizquierda, “y vemos a algunos de estos grupos, vemos que son gente violenta”.

Un vocero de la Casa Blanca, Hogan Gidley, se negó a explicar en detalle los dichos del presidente.

La advertencia directa, ante aproximadamente 100 de los seguidores más fervientes del presidente en la comunidad evangélica, fue el último ejemplo de los intentos de Trump de usar el espectro de la violencia en las manos de sus opositores políticos y de avivar las llamas de las divisiones culturales en el país.

En el despertar de la violencia racial el año pasado en Charlottesville, Va., Trump dijo que la culpa “era de ambos bandos” e igualó a los manifestantes liberales, antifascistas con los nazis y supremacistas blancos. En la primavera de 2016, el presidente advirtió de la violencia de sus propios seguidores si no lograra la nominación presidencial por el partido republicano, diciendo “creo que tendrían disturbios”.

Trump reconoció ante los líderes evangélicos que su base conservadora podría no aparecer en gran número en las elecciones de los candidatos republicanos al Congreso porque él no es candidato en noviembre.

“Creo que nos está yendo bien, y pienso que somos populares, aunque hay un interrogante real acerca de si la gente va a ir a votar si no estoy en la lista”, dijo. “Y no estoy en la lista”.

Trump recibe a sus invitados en la cena para líderes evangélicos, en la Casa Blanca. /AP

Trump recibe a sus invitados en la cena para líderes evangélicos, en la Casa Blanca. /AP

Se les permitió a los periodistas escuchar comentarios breves de Trump el lunes por la noche, frente al grupo de ministros y pastores. En esos comentarios, Trump habló de libertad religiosa, aborto y desempleo juvenil. Observó una cita de John Adams, tallada en el hogar de la sala: “Le ruego al Cielo que confiera la mejor de las bendiciones a esta casa”.

Pero una vez que los periodistas y las cámaras de televisión fueron invitados a salir del salón, el presidente se ocupó de sus preocupaciones más pragmáticas, que incluyen el modo en que los líderes evangélicos pueden usar sus púlpitos para ayudar a los republicanos en las elecciones de medio término.

“Solo les pido que salgan y se aseguren de que toda su gente vaya a votar”, dijo Trump. “Porque si no lo hacen, el 6 de noviembre, si no votan, vamos a pasar dos años penosos y tendremos, francamente hablando, un período de tiempo muy duro, porque después queda una sola elección; estarían a solo una elección de perder todo lo que se consiguió”.

Trump centró la mayor parte de sus comentarios privados en el grupo que presume de haberse “sacado de encima” la Enmienda Johnson, un artículo de 1954 de las leyes impositivas que amenazaba a las organizaciones religiosas, como las iglesias, con la pérdida de la condición de exentas de impuestos si apoyaban o se oponían a los candidatos políticos.

Trump baja la cabeza durante una oración, en la cena con líderes religiOsos en la Casa Blanca. /AP

Trump baja la cabeza durante una oración, en la cena con líderes religiOsos en la Casa Blanca. /AP

Conforme a esta enmienda, dijo Trump, se impedía que los líderes religiosos expresaran su opinión.

“Quizás es por eso que ustedes están muy estancados. Detesto decirlo, si fueran acciones, sería como si estuvieran estancadas”, afirmó Trump, generando la risa en la sala. “Realmente creo que están estancados porque no pueden hablar. Realmente los han silenciado. Pero ahora no están más silenciados”.

El presidente recordó cómo supo por primera vez de la Enmienda Johnson, en una reunión durante la campaña de 2016, cuando varias decenas de pastores y ministros vinieron a verlo en la Trump Tower en Nueva York. Dijo que estaba satisfecho por la reunión, porque los líderes religiosos parecían apreciarlo.

“Me doy cuenta cuando la gente me quiere”, dijo Trump. “Me doy cuenta si la gente no me quiere. Ya saben, soy bastante bueno en eso. Muchos me quieren, y muchos no, y está bien. Pero este grupo realmente me quería”.

Trump también recordó el lunes por la noche, haber mirado por la ventana durante la reunión en la Trump Tower, aunque no dejó en claro por qué eligió hablar de esto.

“Estábamos en el piso 68 de la Trump Tower y miramos hacia las veredas; había miles y miles de personas”, dijo. “Se veían como hormigas, personas pequeñas por todos lados, tan pequeñas, porque desde el piso 68, se veían realmente pequeñas. Pero eran muchas personas”.

De hecho, la Trump Tower solamente tiene 58 pisos, aunque Trump con frecuencia le agrega 10 pisos de altura, justificándolo con que su impresionante hall de entrada en la planta baja aumenta la cantidad de pisos.

Trump les dijo a los líderes religiosos en esa reunión de campaña que se opondría a la Enmienda Johnson si ganaba la presidencia y “pelearía muy duro para asegurarse de que el artículo fuera retirado”.

De hecho, el presidente no alcanzó a cumplir del todo esa promesa.

Eliminar el artículo en la ley requiere que actúe el Congreso. En cambio, Trump firmó un decreto del ejecutivoen mayo de 2017 instruyendo al Servicio de Recaudación Interna para que no persiga de manera agresiva los casos en los cuales una iglesia apoya a un candidato o hace donaciones para campañas políticas.

Los expertos legistas han dicho que el IRS (la agencia de impuestos de EE.UU.) rara vez procedió en esos casos contra las iglesias, y a menudo los líderes religiosos se expresaron sobre política, aun cuando tuvieron que desistir de apoyar oficialmente a un candidato.

Trump ignoró esa realidad el lunes por la noche. Alentó a los líderes religiosos a usar lo que él describió como su libertad de expresión recién descubierta para hacer campaña desde el púlpito en nombre de los candidatos republicanos.

“Ustedes tienen gente que predica a casi 200 millones de personas, cerca de 150, según de qué domingo estemos hablando, y más allá del domingo, 100, 150 millones de personas”, afirmó.

Trump bromeó con los líderes religiosos en la cena, y notó que en un momento, Robert Jeffress, pastor evangélico de Dallas, que alguna vez dijo que los judíos iban al infierno, había hecho la observación de que Trump “podría no ser un ser humano perfecto, pero es el líder más grande para la cristiandad”.

“Afortunadamente, he demostrado que eso es un hecho”, dijo Trump, provocando aplausos, antes de agregar, “En términos de la segunda parte, no de la primera”.

Después de sus comentarios, Trump invitó a varios líderes religiosos a hablar en el podio, como lo hace a menudo con los grupos amigables. Varios alabaron al presidente, aunque no fue posible identificarlos a través del audio.

“Lo más grande que puedo decirle al presidente es que estamos aquí esta noche para decirle a usted, Sr. Presidente, y a usted, nuestra Primera Dama, Sra. Melania, y a Ivanka y Jared, que los queremos y que creemos en ustedes”, dijo el primer líder religioso, refiriéndose a Ivanka Trump, la hija del presidente y su marido, Jared Kushner. “Están haciendo cosas sorprendentes, sorprendentes”.

Agregó que los ataques a Trump de parte de los adversarios políticos frustraron a los pastores.

“En la reunión de hoy, todos nos arrodillamos y rezamos por usted porque no podemos imaginar el dolor”, dijo el pastor. “Ustedes son seres humanos y cuando la gente miente constantemente, acusa constantemente y ataca constantemente, duele”.

Un segundo ministro agregó que “somos pocas las personas de color en la sala” y observó que “muchos de nosotros hemos recibidos ataques y golpes por estar junto al presidente”.

El ministro agregó: “Ahora tenemos un guerrero en el mando, quien desea ponerse de pie y luchar. Amén. Señor, lo encomiendo a usted por su coraje. Es sorprendente. Por eso, equipo, luchemos y ganaremos. Que Dios los bendiga”.

Por Michael D. Shear. The New York Times

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