El ministro de Educación tunecino, Salim Labdyeh, presentó hoy su dimisión con carácter irrevocable en medio de la tormenta política provocada por la muerte en un atentado del diputado izquierdista Mohamed Brahmi el jueves pasado. Labdyeh, un independiente secular, dijo que sopesó su decisión durante varios días después del atentado contra Brahmi, un crítico acerbo de la tolerancia de las autoridades para con las entidades salafistas, al igual que Chukri Belaid, muerto en febrero pasado de la misma forma.
El ministro del Interior tunecino, Lutfi Ben Jeddou, reveló en rueda de prensa que Brahmi fue abatido con la misma arma que Belaid y, presionado por protestas populares, ofreció su dimisión, que no ha hecho efectiva.
Las críticas y las protestas públicas, sumada a la muerte el lunes de ocho soldados tunecinos emboscados por irregulares armados en el monte Chambi, una escarpada zona de la frontera con Argelia, en el occidente del país, tienen a la defensiva al primer ministro Alí Larayedh y al mayoritario partido islamista An Nahda.