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“Daniel Ortega manipula con la religión”

La escritora, periodista y teóloga cubana-nicaragüense María López Vigil, considera que los dogmas, los ritos y las jerarquías de la religión tienen un reflejo en la vida de muchos partidos políticos, los cuales tratan de convertir a

En esta entrevista María López Vigil plantea que el partido de gobierno Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, usa símbolos y consignas religiosas por convicción, miedo y manipulación, pero no desestima del todo que sea una provocación a los jerarcas de la Iglesia Católica, por sus críticas constantes al presidente Daniel Ortega Saavedra.

—¿Realmente cree que el gobierno del presidente Daniel Ortega quiere provocar a los jerarcas de la Iglesia Católica con la utilización de los símbolos religiosos?
—No. Yo no creo que sea el principal objetivo del gobierno provocar a la Iglesia Católica, aunque no se puede descartar. ¿Por qué? Porque este gobierno provoca. Ha provocado problemas con los cooperantes europeos, con los Estados Unidos…
Es posible que quieran provocar (…), pero para mí lo fundamental en esta forma de proceder de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, es que ellos están convencidos de tener una especie de misión divina, de conducir a este país por la justicia, de ser lo que en lenguaje religioso se conoce como Mesías. La palabra Mesías es equivalente en política a la palabra caudillo.

—¿Ortega y Murillo “están convencidos de su deidad”?
—El caudillo se siente indispensable, el caudillo piensa que es el único que sabe, que puede, y en consecuencia, no respeta leyes, ni instituciones ni personas. Es decir, “el Estado soy yo” y eso solo lo dice un absolutista. El caudillo y la Rosario Murillo también dicen lo mismo: “El Frente sandinista es Daniel Ortega” y dice “somos dos”, ¿y qué significa que seamos dos? Que ellos son dos mandando este país. Son ideas muy típicas del caudillismo que es un concepto político, y del mesianismo que es un concepto religioso. Yo creo que están convencidos y creo que actúan así por eso.
En segundo lugar, creo que lo hacen por miedo. Ellos tienen miedo. La religión está asociada en la mayoría de las mentes humanas al miedo; miedo a lo desconocido, miedo a la fatalidad, miedo a la mala suerte, miedo al más allá, miedo a la muerte; entonces, de alguna manera, invocar a Dios en público, repetir consignas que son de tipo religioso puede ser una forma de expresar ese miedo, es como un amuleto.

—¿Pero Rosario Murillo tiene más un estilo esotérico que religioso?
—Por ser esotérica no deja de ser católica. Es católica porque nació en una familia católica y en un país de tradición católica y conoce los símbolos religiosos. Y es posible que tenga conocimientos de ese líder religioso que ha muerto recientemente y que se creía una reencarnación de Dios. Rosario Murillo estuvo muy relacionada con ese personaje religioso de la India. Lo esotérico se utiliza en Nicaragua sin fundamento. Lo esotérico no es negativo ni es brujo. La brujería es una manera de invocar a los dioses.

Pero de una manera burlesca algunos llaman bruja a Rosario Murillo.
Sí, pero eso ni siquiera sería negativo, muchas mujeres buenas en la edad media porque curaban o porque sabían hacer medicina natural para curar enfermedades, las llamaban brujas y las mataron por eso en la hoguera de la Inquisición y eran los jerarcas católicos quienes mataban a las brujas. Pero es que la palabra bruja no me corresponde, Rosario Murillo es la gobernante de un país muy religioso que, convencida de que ella tiene una conexión especial con Dios, utiliza eso para calmar sus miedos y proponer en la gente el proyecto político de ella y de su esposo.

—¿Quién sería Daniel Ortega sin Rosario Murillo?
—Es posible que fuera menos de lo que es. Yo creo que Daniel Ortega no tiene la capacidad para gobernar un país en el día a día, sin embargo, todos los funcionarios están orientados a decir que si se va a vacunar es porque recibimos una orientación del Comandante de vacunar a los perros… Es decir, el Comandante ha orientado todo lo que sucede en este país, eso es una retórica, no creo que Ortega tenga esa capacidad, ni tampoco Rosario, pero yo creo que Rosario Murillo es una persona con una enorme capacidad ejecutiva, con una enorme capacidad administrativa y con posibilidades de gobernar, algo que Daniel Ortega no tiene. Ortega es una figura para la tarima, para la retórica, para el discurso.

—¿Y por qué cree que la imagen de Daniel Ortega tiene tanto poder?
—Daniel Ortega es un símbolo de los años de la Revolución, fue Presidente de Nicaragua electo en elecciones libres, aunque muy extrañas en 1984, él ganó esas elecciones, eso le permitió un protagonismo que también le permitió mejorar su forma de relacionarse con el pueblo de Nicaragua y se convirtió en un símbolo nacional e internacional de aquella Revolución que tuvo grandes errores, pero también grandes logros y eso pesa mucho en la memoria colectiva de un buen sector del pueblo de Nicaragua.

Eso también ayuda a gobernar, es decir, gobernar no es solamente sumar, restar, multiplicar y dividir los recursos y quitar y poner cargos. Gobernar también es construir un referente de poder y en aquellos años (en los 80) Daniel Ortega fue un referente.

—¿Por qué los partidos políticos en Nicaragua son muy dados a mezclarse con lo religioso?
—La religión es un conjunto de creencias y de verdades que se proponen como las únicas y absolutas, se llaman dogmas. En el caso de la religión sus costumbres pueden ser la misa, el culto, las candelas, las procesiones, las imágenes. En el caso del FSLN son esos actos como el 19 de Julio, el Repliegue, banderas…
La religión es una jerarquía a la que hay que obedecer y que tiene la verdad revelada. En los partidos políticos que no son democráticos hay una jerarquía que actúa como la que tiene la verdad y la que tiene los sellos y quien piensa diferente es un traidor, quien piensa diferente en la religión es un hereje. ¿Qué se le hace a un traidor en política? Se le excluye o se le garrotea o no se le da espacio. ¿Qué se le hace a un hereje en la iglesia? En otros años se le quemaba. Los dogmas, los ritos y la jerarquía de la religión tienen un reflejo en la vida de muchos partidos políticos que se convierten en una religión.

Rosario Murillo pide fe en el proyecto de Daniel Ortega; la Iglesia pide fe en sus dogmas, y si tu dices “yo no estoy de acuerdo, yo no lo entiendo”, entonces tienes que tener fe, porque cuanto menos entiendas más necesaria es la fe. Mientras menos estés de acuerdo con lo que hace Daniel Ortega, tenés que apoyarlo más, porque él sabe lo que tiene que hacer, eso es una religión.

—¿Cree que ellos usan los símbolos religiosos conscientes de la manipulación o por verdadera convicción?
—Para mí que tienen esa convicción de que han sido elegidos para algo grande para Nicaragua y que ellos merecen tener todo lo que tienen. Tener incluso los privilegios que tienen y cómo viven, porque quien tiene esa misión tiene que tener una corte. Creo que tienen esa convicción, pero además en este país hay una religiosidad muy tradicional.

—¿En un país con una cultura altamente religiosa tiene efectividad la manipulación de la religión para los intereses de un partido político?
—Sí, en un sector del pueblo de Nicaragua sí es efectivo, porque la gente de Nicaragua tiene ese mismo sentir religioso, cree que Dios quita y pone gobiernos, cree realmente que Dios manda enfermedades y manda la curación, cree que Dios hace milagros; entonces, si la Rosario habla de que el Presidente hace milagros, entonces la gente se conecta con esa idea de que a Daniel Ortega lo ha puesto Dios y le permite multiplicar los panes para esta campaña.

Sin embargo, yo creo que  un buen sector de la gente en Nicaragua ese uso y abuso de los símbolos religiosos lo resiente como algo que está mal, que no le corresponde a ellos, que esas son cosas para los curas y los pastores, pero no para los políticos. Entonces, eso que ellos hacen por convicción, por miedo y por manipulación se puede volver en forma de rechazo. Están estirando demasiado el mecate creo yo. Están jugando con la religiosidad de la gente, están usándola y abusándola.

Monseñor Báez trasmite el poder de la Iglesia Católica

El Obispo Auxiliar monseñor Silvio José Báez es la nueva cara visible de la Iglesia Católica y quien cuestiona constantemente al gobierno del presidente Daniel Ortega. María López Vigil opina que por primera vez un religioso tiene fundamentos sólidos para cuestionar a un gobierno.

—¿Monseñor Silvio Báez contrarresta la manipulación de los símbolos religiosos?
—El Obispo Silvio Báez ha vivido la mayor parte de su tiempo como religioso fuera de Nicaragua. Es una persona con una formación bíblica sólida, y eso le permite hablar con un fundamento que nunca habíamos escuchado en ningún otro obispo de Nicaragua. Hay un subdesarrollo intelectual en muchos de los obispos de Nicaragua, y el obispo Báez ha venido a equilibrar esto y yo creo que él, con la formación religiosa, política y cívica que tiene, ataca muchas de las formas de actuación del gobierno más adecuadamente, con más bases y, por lo tanto, con más fuerza.

En el interior del gobierno le llaman Rasputín, porque es la historia del clérigo ortodoxo ruso que conspiraba, pero también es un manera de reconocerle poder, pero poder sucio de conspiración. Yo creo que Báez acierta en muchas de las críticas que hace, creo que en otras, no es que no acierta, sino que es difícil creer el mensaje de la jerarquía católica hacia los políticos, cuando la Iglesia Católica es una institución antidemocrática. La Iglesia católica nació como el imperio romano, y siempre se ha relacionado con los poderes y como un poder más.

—¿Qué opina sobre la invocación que hizo el obispo Báez sobre el Estado laico?
—Él dice que calificar el proyecto político de Daniel Ortega como cristiano es una violación del Estado laico, y tiene razón porque en este país puede haber gente que aunque nació en un país cristiano no tiene creencia y se puede sentir ofendida y rechazada.

El punto es que cuando en este país se penalizó el aborto terapéutico, la jerarquía de la Iglesia Católica trabajó porque se penalizara, que tiene consecuencias mucho más nefastas para mujeres, que el hecho de que Rosario Murillo viole el Estado laico.

Es decir, la penalización del aborto terapéutico es imponer en una política pública, en una ley del Estado, una visión que pertenece a la Iglesia Católica. No pueden entender como cristianos, ni siquiera como humanistas que se condene a una niña que ha sido violada y que tenga que parir a la criatura fruto de esa violación. Eso no es cristiano, sin embargo, la Jerarquía así lo piensa y se le impuso a toda la sociedad el pensamiento de la Jerarquía Católica, esa es una gravísima violación del Estado laico, y yo estoy esperando que el Obispo Báez lo reconozca.

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