COMENTARIO: Se trata de una Declaración promovida en el Parlamento Europeo en Bruselas, donde tuvo lugar una Conferencia Internacional sobre la Libertad de Expresión y Derechos Humanos organizada por la alianza internacional pro derechos civiles (ICLA), con colaboración de los parlamentarios europeos Philip Claeys (Belgica) y Magdi Allam (Italia), dos ultraconservadores, el italiano, de origen egipcio, fue bautizado en el Vaticano en 2008 en una acto presidido por Ratzinger; el belga pertenece al partido ultraderechista Alianza Europea por la Libertad.
En pro de la preservación de la libertad de expresión, las libertades civiles y la democracia contra cualquier intento de dañar y/o usurpar estos principios universales, llamamos a los líderes de todas las naciones a apoyar esta Declaración de Bruselas 2012 para salvaguardar las libertades individuales y los derechos humanos:
– Reafirmando que, como principio mantenido desde hace largo tiempo, los derechos y libertades humanas son universales, individuales, tienen carácter igualitario, son inalienables y por sí mismas evidentes, independientemente de consideraciones filosóficas, culturales o religiosas;
– Considerando que cualquier honesto defensor de la democracia tiene el derecho y la obligación de mantener y defender la libertad de expresión, las libertades civiles y los derechos humanos;
– Afirmando el hecho irrefutable de que la ley islámica de la Sharía en su forma expresada y aplicada es incompatible con, y de carácter destructiva para la libertad de expresión, las libertades civiles y los derechos humanos, y como tal es incompatible con los principios fundamentales de la democracia (como estipulado en el fallo del ECHR a día 13 de Febrero del 2003);
– Reconociendo que la declaración conocida como “Declaración del Cairo de Derechos Humanos en el Islám – CDHRI”, también conocida como “La Declaración del Cairo”, restringe bajo la ley islámica de la Sharía y bajo las restricciones al comportamiento impuestas por las normativas de la Sharía (CDHRI artículos 22, 23, 24) todos los derechos humanos con el pretexto de que “todos los seres humanos forman una família, en la cual los miembros están unidos en su subordinación a Allah (CDHRI artículo primero);
– Tomando nota de que la Organización de Cooperación Islámica – OIC, siendo la creadora de la Declaración del Cairo y su máxima proponente en la actualidad, ha demostrado con sus contínuas y firmes actividades ser la principal organización político-religiosa trabajando para restringir la libertad de expresión, las libertades civiles y los derechos humanos, y para reforzar la ley islámica de la Sharía en el mundo;
– Aseverando que cualquier respaldo o promoción de la Declaración del Cairo o cualquier cooperación con el OIC que lleva, según la observación de sus consecuencias, a un aumento en la imposición de la ley islámica de la Sharía, identifica a sus perpetradores como activos oponentes de la democracia, la libertad de expresión, las libertades civiles y los derechos humanos;
– Observando que un tipo así de identificación hace ilegítimo cualquier intento por parte del perpetrador de tratar o negociar asuntos relacionados con la libertad de expresión, las libertades civiles y los derechos humanos en cualquier foro, ya sea este local, nacional o internacional.
Los firmante expresan solemnemente su requerimiento hacia sus gobiernos y sociedades civiles de:
1) Comenzar un proceso, a ser llamado el Proceso de Bruselas, para implementar el contenido de esta declaración a través de la educación e iniciativas políticas a todos los niveles gubernamentales y todos los sectores de la sociedad civil, con el objetivo de salvaguardar las futuras libertades y derechos de nuestras naciones y nuestros hijos e hijas, de manera que todos los miembros de la gran família humana puedan prosperar como individuos libres.
2) Rechazar cualquier invitación a participar en cualquier foro de discursión sobre libertades civiles, libertad de expresión o derechos humanos, ya sea a nivel local, nacional o internacional, si los organizadores de tal foro – tanto personas individuales como organizaciones – son conocidos proponentes de la Declaración del Cairo o el reforzamiento social de la ley islámica de la Sharía, salvo que los asuntos discutidos o negociados comprendan una transición desde su propia codificación e implementación de los derechos humanos a las de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y un alejamiento de lo estipulado en la Declaración del Cairo.
3) Protestar contra cualquier tipo de participación en discursiones o negociaciones, ya sea a nivel local, nacional o internacional, de conocidos proponentes de la Declaración del Cairo o del reforzamiento social de la ley islámica de la Sharía, salvo que estén participando en calidad de observadores o negociando su ingreso en el Proceso de Bruselas.
4) Iniciar una investigación profunda previa a cualquier cooperación bilateral o multilateral sobre cualquier asunto relacionado con libertades civiles, libertad de expresión o derechos humanos, para así identificar claramente cualquier participante que pueda ser proponente de la Declaración del Cairo o la ley islámica de la Sharía, o que haya cooperado o colaborado con la OIC u organizaciones asociadas a ella.
5) Rechazar y prohibir cualquier financiación pública para la promoción de la Declaración del Cairo o cualquier puesta en práctica o reforzamiento a nivel social de la ley islámica de la Sharía, porque este tipo de promociones son un ataque directo contra nuestros principios democráticos y nuestros derechos humanos más fundamentales.
6) Detener cualquier cooperación con cualquiera de los conocidos proponentes de la Declaración del Cairo a nivel nacional o internacional en caso de que tal cooperación tenga como objetivo o resultado la restricción de las libertades civiles, la libertad de expresión o los derechos humanos en un país democrático, hasta que tales proponentes rechazen la Declaración del Cairo.
7) Extender la cooperación y el apoyo en todos los foros a ex-proponentes de la Declaración del Cairo que rechacen la represión por parte del OIC y de la ley islámica de la Sharía de las libertades civiles, la libertad de expresión y los derechos humanos, y que aseveren que los derechos humanos y las libertades son universales, individuales, de carácter igualitario, inalienables, y por sí mismas evidentes independientemente de consideraciones filosóficas, culturales o religiosas.
8) Colaborar con la sociedad civil y organizaciones oficiales que trabajen para salvaguardar las libertades individuales de la opresión por parte de la ley islámica de la Sharía, especialmente aquellas situadas en naciones firmantes de la Declaración del Cairo o naciones miembros del OIC, para alentar el diálogo, la educación y el entendimiento de las libertades individuales y los derechos humanos, de la manera en que tales términos has sido históricamente entendidos antes de la Declaración del Cairo.