“Seamos libre y lo demás importa nada” decía en la gesta libertaria el General José de San Martin y aún sigue retumbando esas palabras. Es que la libertad es un concepto por el cual se pelea cotidianamente y al cual se lo co-construye en forma permanente, como permanente es el desarrollo y expansión de la humanidad.
El concepto de libertad nos atraviesa e interpela a una sociedad injusta. Es que en nombre de la libertad se han ejercido y ejercen gobiernos y mandantes autoritarios.
Los griegos planteaban ser libre a través del “conócete a ti mismo”, aprende a cuidarte y estarás listo para cuidar a los otros, es decir para servir en el gobierno de una ciudad estado.
Descartes plantea su método de la ciencia, al que consigue ordenarlo, construirlo, paradojalmente a través de un sueño que tuvo. Y en Descartes aparece una diferenciación que nos enajenara desde entonces y es que la ciencia solo es para la materia extensa, no para la materia pensante y dirá que la materia extensa es la que puede ser medida y será el primer paso hacia una concepción física del Universo. Luego vendrá Newton con toda su prolija matemática y los cuerpos con su extensión en el proceso de la gravitación.
La ciencia con su duda metódica ira por vía directa o indirecta interpelando al dogma religioso. El dogma religioso a su vez, perseguirá a los científicos que se animan a penetrar los ámbitos supuestamente indiscutibles de la Religión.
La humanidad luego de un largo derrotero, dirá la historia, (que usualmente tiende a ocultar o desconocer los grandes enigmas de civilizaciones anteriores), llegara a un sistema económico que genera enorme cantidades de mercancías, pero que mata al hombre y a la mujer, al hacer del sistema la prioridad y colocando muy lejos en prioridades al ser humano, lo que hará de las ciencias sociales un lugar desierto para el hombre, en donde el ser humano ha muerto dirá Miguel Foucault.
El sistema capitalista, el mejor que ha podido generar la humanidad hasta el momento, tiene el beneficio de generar bienes como nunca antes, de tener una productividad enorme comparado con los sistemas económicos anteriores.
El problema es que así como en un principio en las famosas ecuaciones marxista mercancía –mercancía; La mercancía-dinero-mercancía se transforma en dinero-mercancía-dinero, el sistema económico al servicio de la gente, se transforma en gente al servicio del sistema económico.
¿Por qué se da esto? Porque la ganancia es prioritaria a la producción del bien. No importa qué se produzca o para quien. Lo importante es la ganancia.
Adam Smith el sistematizador más importante de la economía de su tiempo, comenta la necesidad de la división del trabajo para incrementar la productividad y la renta, aunque como experto comenta que la división del trabajo estupidiza al ser humano y propone creaciones de escuelas para los asalariados.
El modo de producir, su lógica condiciona fuertemente a las ciencias. Condiciona al método de las ciencias, a sus prioridades y a qué tipo de Ciencia reconoceremos y a cuáles no.
¿Cómo condiciona el sistema económico capitalista a la percepción?
Al estar mayormente interesado por la ganancia se preocupa por la eficiencia, que permite disminuir los insumos para lograr productos lo más barato posible, olvidando la eficacia, es decir ¿cuál es el objetivo de la producción? Se olvida de optimizar la elección de los productos.
El agravante es que transforma todo en un recurso para la producción. El hombre es un recurso, el científico es un recurso.
Recordemos la definición de recurso. ”Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. Recursos naturales, hidráulicos, forestales, económicos, humanos”.
Observamos entonces que el ser humano es percibido como un elemento disponible, por supuesto que esto implica un otro, el esclavo en la relación amo/esclavo.
Esta otredad es una trampa para la libertad de pensamiento y para la ciencia. Porque la libertad de pensamiento consiste en derribar muros. No hay una verdad para tal gueto, para tal país y otra verdad para otro gueto, para otro país. La verdad se funda en búsqueda racionales que teniendo en cuenta las particularidades las trasciende. Un hindú tiene una cultura diferente a un argentino, pero reconociendo esas diferencias, hay invariantes, hay perfiles comunes a la humanidad.
Gandhi en algún momento de su vida, dejo de ser un hindú para transformarse en un exponente de la resistencia pasiva que hizo y hace marca en el mundo. Francisco de Miranda fue un hombre universal.
En América Latina, aún hoy día debemos superar el yo conquistado, la mirada eurocéntrica que suele sesgar nuestra mirada. El epistemicidio realizado por los conquistadores o por los imperios.
Es fácil observar cómo cambia nuestras miradas los celulares, como una metáfora de lo que nos sucede. Los celulares nos conectan, pero interfieren nuestros tiempos/espacios, nuestros encuentros.
La ciencia actual, que se apoya en Newton y tiende a desconocer la cuántica tiende a quedarse ciega. Porque la distancia existe pero también existe la infinitud sin distancia. En este encuentro podemos estar separados corporalmente (Newton lo dice) pero obviamente estamos unidos emocional y cognitivamente en la búsqueda y defensa del libre pensamiento, ¿adónde podemos medir la distancia de nuestras utopías, de nuestras emociones? (La cuántica podría darnos un atisbo de la materia/mente).
Hay una metáfora de la cuántica que expresa en forma brillante un escritor. Thich Naht Hanh:
“Si eres un poeta, verás claramente una nube flotando en esta hoja de papel. Sin una nube, no habrá lluvia; sin lluvia, los árboles no pueden crecer; y sin árboles no podemos hacer papel. La nube es esencial para que exista el papel. Si la nube no esta aquí, tampoco puede estar la hoja de papel. Así, podemos decir que la nube y el papel ínter-son. ‘Inter-ser’ es una palabra que aún no está en el diccionario, pero si combinamos el prefijo ‘inter’ con el verbo ‘ser’, tenemos un nuevo verbo, ínter-ser.
Si miramos aún más profundo en esta hoja de papel, podemos ver el Sol en ella. Sin Sol, el bosque no puede crecer. De hecho, nada puede crecer sin el Sol. Así, sabemos que el Sol también está en esta hoja de papel. El papel y el Sol ínter-son. Y si continuamos mirando, podemos ver el leñador que cortó el árbol y lo llevó al molino para transformarlo en papel. Y vemos trigo. Sabemos que el leñador no puede existir sin su pan diario, por lo tanto el trigo que se convierte en su pan también está en esta hoja de papel. También están en ella la madre y el padre del leñador. Cuando miramos de esta manera, vemos que sin todas estas cosas, esta hoja de papel no puede existir”
Los Estados Naciones construidas concomitantemente con el proceso capitalista, o tienden a trascender los intereses fragmentarios y comprenden la existencia de un único planeta y la “biodiversidad” necesaria para la convivencia pacífica del conjunto plural de naciones, o el imperio del fragmento tenderá a destruir al libre pensamiento al construir muro con los ladrillos de las “verdades dogmáticas” , con la construcción del otro, del esclavo, del estigmatizado, y las ciencias desconocerán al ser humano en sus estudios, porque en sus percepciones lo que importara serán los productos y la gente dejara de ser el soberano para convertirse en un recurso del 1% de la población mundial.
Necesitamos construir ciudadanía, debemos volver a la sabiduría, al conocimiento holístico que guie al conocimiento parcial que está destruyendo al planeta y a la civilización.
Necesitamos el libre pensamiento que destruya muros, que elimine el concepto de refugiados, que haga entender que aparentemente el otro del otro somos nosotros, y comprender que no somos los otros de los otros, sino una sola humanidad que como nunca antes, al unísono, está jugando su única, su propia supervivencia como especie, como vida compleja en el planeta.