Tres años entre rejas por ofender a las religiones, hacer apología del ateísmo e insultar a los profetas. Es la condena dictada este miércoles por un tribunal de El Cairo contra Albert Saber, un estudiante de Informática de 27 años que permanecía en prisión preventiva desde septiembre por haber divulgado -según la sentencia- en Facebook un vídeo crítico con las confesiones musulmana y cristiana.
El calvario de Albert comenzó el pasado 13 de septiembre, dos días después de que estallara la ira por la sátira cinematográfica contra Mahoma. Los chismes se propagaron por el barrio de El Marg, un bullicioso distrito del noreste de El Cairo donde reside el joven ateo de familia cristiana. Los vecinos le acusaron entonces de participar en el polémico filme. "Unos jóvenes que ni siquiera sabían una palabra del islam atacaron la casa, intentaron quemarla, nos lanzaron insultos y quisieron matarnos", explicó en septiembre a ELMUNDO.es la madre de Albert, Kariman Meseha.
La policía, en lugar de protegerles, detuvo a su hijo y desde entonces Albert ha ido encadenando prórrogas a la prisión preventiva dictada inicialmente.
La Fiscalía General le acusa de insultar a las religiones monoteístas y hacer apología de "las ideas extremistas" y el ateísmo a través de internet. Sostiene que Albert divulgó en una página de Facebook dedicada a los "ateos egipcios" un vídeo que comparaba y criticaba los credos musulmán y copto, que profesa el 10% de la población egipcia.
Sin embargo, el ahora condenado siempre ha negado las acusaciones de un delito de blasfemia tipificado en el Código Penal egipcio con entre seis meses y cinco años de cárcel. Sus abogados denuncian que las irregularidades han marcado todo el proceso, desde la investigación policial a la labor judicial. "Era una sentencia anunciada", declaró Hamdi al Asiuti, uno de sus letrados, tras conocerse un fallo que ya ha sido apelado.
La defensa incluso ha pagado la fianza estipulada para excarcelar a Albert mientras espera la respuesta al recurso. Pero el Tribunal ha ordenado su regreso a unas celdas en las que fue vejado poco después de su arresto. "Un oficial cristiano lo llevó hasta los calabozos y exclamó ante al resto de detenidos: 'Es un ateo y ofendió a vuestro profeta. Quiero ver como lo castigáis'", narró Meseha, convertida en una madre coraje.
Organizaciones locales y Amnistía Internacional han reclamado repetidamente la liberación de Albert. "Es un preso de conciencia, detenido únicamente por ejercitar pacíficamente su derecho a la libertad de expresión", señaló Amnistía, que ha pedido su liberación "inmediata e incondicional" durante los tres meses que ha durado el martirio judicial.
Albert es una víctima más del ambiguo delito de blasfemia, ampliamente usado para perseguir a activistas en la época de Mubarak. Y que amenaza con aumentar después de que la nueva Constitución, cuyo referéndum se celebra el próximo sábado, prohíba expresamente el insulto a los profetas. "La blasfemia es un concepto confuso que se usa siempre contra la libertad de expresión", señala a este diario el copto Ishaq Ibrahim, abogado de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales.