LA ASOCIACIÓN CULTURAL ESCUELA LAICA CELEBRA QUE APENAS QUEDEN CRUCIFIJOS EN LOS COLEGIOS PÚBLICOS DE VALLADOLID
ESTA NOTICIA AVALA SUS TESIS
Ante la publicación en el periódico “20 Minutos” de la noticia que indica que tan solo 2 de los 38 colegios públicos de la capital vallisoletana mantienen crucifijos en las aulas, La Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid (ACEL) desea manifestar públicamente su satisfacción ante un hecho que corrobora lo que siempre ha mantenido: que la presencia de simbología confesional es una reminiscencia de tiempos pasados, no precisamente democráticos, y que felizmente se encuentra en vías de extinción.
Los dos únicos centros educativos públicos que según el citado rotativo mantienen los crucifijos, los CEIP Macías Picavea e Isabel la Católica, son precisamente en los que la ACEL ha denunciado dicha situación y solicitado su retirada, y ante la negativa recibida ambos casos se encuentran en vía judicial, por entender esta Asociación que se están vulnerando derechos fundamentales como la libertad de conciencia, igualdad, no discriminación por motivos religiosos…, así como principios constitucionales como la obligada neutralidad del Estado en materia de creencias religiosas y la separación Iglesia-Estado.
La retirada de esta simbología no es cuestión de apego o desapego a los símbolos ni a las creencias que simbolizan, sino una cuestión de respeto y de no imposición. Por tanto una cuestión de higiene democrática.
La ACEL considera que el principal culpable de esta situación es la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, que haciendo dejación de funciones permite situaciones de este tipo, generando así conflictos innecesarios en los centros educativos.
Como se recordará, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León sentenció que la administración educativa tiene el deber de revisar las decisiones de los Consejos Escolares si son recurridas.
Mucho antes, el Procurador del Común de Castilla y León emitió una resolución indicando que la presencia de simbología religiosa confesional en los centros educativos públicos vulneraba la Constitución, por lo que requería a la Consejería de Educación que adoptase cuantas medidas fuesen precisas para evitarlo. Requerimiento que la Consejería no ha atendido y que a la postre ha provocado una situación no deseada por nadie.
Ante noticias como la publicada en “20 Minutos”, la ACEL espera que la administración educativa reflexione y no vaya a remolque de una situación que la sociedad va demandando, pues no en vano la sociedad actual no tiene nada en común con la que propició la presencia de simbología religiosa en los centros públicos, una situación pretérita en la que había confusión entre los fines del Estado y de la Iglesia (nacionalcatolicismo) y ausencia de democracia.
Baste señalar un dato: desde la llegada formal de la democracia no se suministran estos símbolos a los colegios, y por tanto ningún colegio construido con posterioridad al fin del franquismo los tiene.