Comentarios del Observatorio
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El colegio público La Inmaculada de Cádiz (España) ha convocado un concurso para cambiar el nombre al colegio, con el requisito esencial de no “contener simbología religiosa ni política”, en el que puede participar toda la comunidad educativa del centro.
En las bases del concurso se estipula además que el objetivo es “encontrar un nuevo nombre que represente la identidad, valores y misión” de un centro que cumplió 50 años de su fundación el pasado año.
La dirección del centro, que inició su andadura en septiembre de 2023 con el director Daniel Borrego al frente, ha anunciado que los tutores trabajarán con los alumnos para la elaboración de propuestas y anima a los profesores, padres y al resto de las personas que forman parte del colegio, incluidos antiguos alumnos, a hacer sus propuestas.
Las sugerencias para la nueva denominación han de estar vinculadas “con la localidad, nuestro entorno cercano y los valores educativos que se promueven”.
El colegio La Inmaculada fue fundado en 1972 en el llamado Campo de las Balas, en Cádiz, junto a la playa de La Caleta, y en su primer año contó con más de 300 alumnos. Su impulsor fue el capitán Miguel Sibón, un militar preocupado por la educación de los hijos de los servidores de la milicia destinados en la llamada Tacita de Plata.
El nombre de la Inmaculada se eligió por ser esta advocación de la Virgen María la patrona de la Infantería española, y también de España.
Al quedarse pequeño el recinto original, pocos años después el colegio fue trasladado al otro lado de la ciudad, junto a la playa de la Cortadura. De manera paulatina, y con el cierre definitivo de varios acuartelamientos militares en la ciudad gaditana, el centro dejó de ser de uso exclusivo para hijos de militares.
En el año 2007 su gestión pasó a manos de la Junta de Andalucía, convirtiéndose en un centro más de la red pública escolar, según detalla el Diario de Cádiz.
El plazo de presentación de nuevos nombres finalizará el 12 de enero de 2025, que serán evaluados por la Comisión de Cambio de Nombre creada a tal efecto en el Consejo Escolar del centro.
Paradójicamente, el cartel anunciador del concurso muestra una pancarta colocada en el colegio con motivo del 50 aniversario, en el que se destaca su escudo, que contiene una imagen de la Virgen María junto a un libro y una lámpara encendida y la leyenda “¡Yo soy la Inmaculada!”.
El planteamiento de la nueva dirección del centro no ha sido recibido de manera positiva por toda la comunidad educativa. Un antiguo alumno, Pablo Rodríguez, ha iniciado una campaña de rechazo a través de la plataforma change.org: “Siento lástima y pena por la intención de cambiar el nombre a una institución con más de 50 años llevando ese nombre”, asegura en ella.
“Estos 50 años representan más que un simple nombre, representan la memoria colectiva de nuestra ciudad y el cambio de nombre puede borrar una parte importante de esta memoria”, añade.
También son varios los antiguos alumnos que han expresado su parecer contrario a la iniciativa en la página de Facebook del centro, que por el momento no alberga expresiones de apoyo al concurso de nombres.
“Para muchos de nosotros, La Inmaculada no es solo un nombre. Es recuerdos, es amigos, es profesores que marcaron nuestra vida. Es parte de quiénes somos. Cambiarlo, con la excusa de reflejar valores e historia, me parece injusto, porque esos valores siempre han estado ahí”, dice Rafael Iseijín.
Por su parte, Francisco José García añade que le parece “muy inoportuno y fuera de lugar, proponer un cambio de nombre, y con ello borrar todo su pasado” y se pregunta “qué valores mejores puede representar el precioso nombre de La Inmaculada y la historia vivida, la real, la de todos los que estudiamos en este colegio”.
“Me parece completamente inapropiado el cambio de nombre. Yo me siento muy orgulloso de mi colegio, donde me formaron. ¿Acaso se le cambia el nombre a una madre?”, expone por su parte Juan Bartual.
