La candidata demócrata a la Presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, trató hoy de cortejar a los votantes de Utah, uno de los estados más conservadores del país y el epicentro de la fe mormona, al asegurar que su rival, Donald Trump, carece de la moralidad necesaria para ser presidente.
Los votantes de Utah, donde ningún candidato demócrata ha ganado unas elecciones presidenciales desde 1964, parecen poco entusiasmados con el actual aspirante republicano, y Clinton intentó hoy beneficiarse de esa frustración con un artículo de opinión publicado en el diario mormón «Deseret News».
«Llevo años luchando para defender la libertad religiosa. Como secretaria de Estado, la convertí en un pilar de nuestra política exterior», aseguró Clinton en su artículo.
Para la candidata demócrata, la libertad de culto «es uno de los ideales sagrados que define» a EE.UU. como país, «y eso es algo que Donald Trump no parece comprender».
«Cada día, Trump sigue demostrando que carece de la moralidad necesaria para ser nuestro comandante en jefe», afirmó Clinton.
El poco ortodoxo candidato republicano reúne el 37 % de los apoyos en Utah, un porcentaje muy bajo para un estado prácticamente garantizado para los conservadores desde hace más de medio siglo, mientras que el 25 % respalda a Clinton, según una encuesta publicada este lunes por la web especializada Utahpolicy.com.
Decidida a aumentar su respaldo, Clinton aceptó la oferta de «Deseret News», que invita a todos los candidatos a escribir en su diario pero hasta ahora no recibe respuesta de Trump.
La ex secretaria de Estado condenó la propuesta del magnate de impedir la entrada a todos los musulmanes, que amenaza la «tradición y los valores» de EE.UU.
Clinton recordó que dos políticos prominentes en Utah, el excandidato presidencial republicano Mitt Romney y el actual gobernador del estado, Gary Herbert, criticaron esa propuesta.
También citó a un exsenador republicano por Utah, el mormón Larry Pressler, que la apoya a ella en la carrera presidencial y que compara la propuesta de Trump sobre los musulmanes con la orden de exterminar a los mormones que dio en 1838 el gobernador de Misuri, Lilburn Boggs.
«Este noviembre, lo que está en juego no es nada menos que el tipo de nación que queremos ser», dijo Clinton.
En ese sentido, subrayó la necesidad de «aprobar una reforma migratoria integral para sacar a las familias de las sombras y mantener unidos a los padres y sus hijos, asegurar que a las mujeres se les pague igual que a los hombres» y «garantizar una baja familiar pagada», entre otras políticas.
«Depende de nosotros decidir si nos esconderemos detrás de la noción de Trump de que solo hay una forma de ser estadounidenses, o si reconoceremos la sabiduría fundamental de nuestra Constitución, que enseña que nos necesitamos los unos a los otros para que florezca este país», defendió la exsenadora.
Clinton citó también a la hermana Rosemary M. Wixom, la primera mujer en unirse al Consejo Ejecutivo del Templo y la Historia Familiar de la iglesia mormona, quien aseguró una vez que «los individuos son fuertes, pero juntos, con Dios, son invencibles».
«Si me dan el honor de ser su presidenta, lucharé cada día para cumplir la responsabilidad sagrada» de «defender» la Constitución estadounidense y la libertad religiosa consagrada en ella, prometió la candidata demócrata.