Sr. Ministro:
En nombre de Sevilla laica, quiero expresar el apoyo de nuestra organización a todos los funcionarios de las embajadas y consulados españoles y de otros países europeos amenazados por el fanatismo y la sinrazón de algunos exaltados religiosos.
Queremos reconocer su labor de representación de los derechos humanos y libertades que tanto esfuerzo nos ha costado alcanzar, y que en España valoramos especialmente por lo reciente de su plena consecución. Es digna de elogio y especialmente necesaria ante la inaceptable imposición radical.
Hemos de destacar que el laicismo de la sociedad es necesario para una plena libertad de conciencia, libertad básica que da sentido a todas las demás. Además no hay otro medio para enfrentarnos a la amenaza de los creyentes que quedan cegados por preceptos y consignas irracionales que les llevan a pretender imponer a todos sus creencias.
Es más necesario que nunca recuperar los valores de la ilustración y defender la emancipación del individuo frente a creencias y supersticiones, que han de quedar reducidas al ámbito de las conciencias individuales, y de ninguna manera guiar la acción pública. Sólo han de ser referente para quien las sienta como propias, sin que pueda pretender que el resto de la humanidad las comparta o las siga.