Al principio, el diablo empieza a gritar: "¡Cállate, cállate!". Luego obliga a su víctima a agredir al sacerdote con golpes, patadas, escupitajos. Algunos hablan en lenguas antiguas. En casos extremos levitan o sangran.
Para contenerlos son necesarias varias personas, porque los poseídos cobran una fuerza inhumana.
Es un exorcismo. Un rito cada vez más frecuente en México, reconoce la Iglesia Católica, que recientemente inauguró el primer recinto dedicado exclusivamente a combatir las andanzas de Lucifer en el país.
Se trata de la Capilla de las Benditas Ánimas del Purgatorio, construida en Querétaro, al centro de México.
En ese estado se ha presentado una inusual ola de posesiones e influencias del demonio, señaló Rogelio Cano, rector de la Catedral de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, donde se ubica la capilla.
"Aumentaron los casos porque hay muchos grupos satánicos. Hemos visto posesiones diabólicas, y por eso la necesidad de contar con un lugar especial para los ritos", dijo en conversación con BBC Mundo.
Pero no sólo en Querétaro abundan los exorcismos. Datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) revelan que en el país se realizan hasta cinco ceremonias de este tipo al día.
Cada una de las 86 diócesis en que se divide la Iglesia en México tiene sacerdotes exorcistas.
Un exorcismo es, básicamente, una jornada de oraciones especiales para expulsar un demonio del cuerpo de la persona a la que ha poseído, o sobre la que mantiene alguna influencia, explicó Salvador Espinoza, vicario general de la Diócesis de Querétaro.
Antes de iniciar el rito los sacerdotes descartan que la víctima tenga trastornos mentales.
"Los enviamos con psiquiatras, y cuando se dan cuenta que las conductas ya no son de su área empezamos a tratarlos", señaló.
Los exorcismos pueden ser sencillos o muy complicados, según el poder del demonio al que se enfrenten.
De hecho, los sacerdotes exorcistas deben conocer la identidad del espíritu maligno y por eso le preguntan su nombre.
"A veces responden: ‘somos legión’ y eso quiere decir que hay muchísimos demonios. Siempre hay uno muy poderoso que cuesta mucho sacarlo, pero logramos expulsarlo", explicó.
Generalmente las ceremonias son individuales. "Cuando tratamos a varias personas los demonios se apoyan entre ellos, y cuesta más trabajo sacarlos", dijo Espinoza.
¿Cómo identifican a un poseído?
"La persona rechaza a Dios y todo lo sagrado, después comienzan a hablar en idiomas antiguos, tienen fuerza sobre natural. A veces ni diez personas pueden contenerla", explicó Rogelio Cano.
"En algunas ocasiones la víctima levita, vuelve el estómago o sangra porque el demonio busca dañar a su víctima", añadió el vicario Espinoza.
"También nos asustamos, a veces tiemblan las rodillas o el cuerpo entero. Pero ni modo, tiene uno que sobreponerse", reconoció.
Estos casos extremos no son comunes, aseguran los sacerdotes. La CEM dice que habría unos cinco al mes en todo el país.
Y es que la mayoría de los exorcismos se practican a personas influenciadas por algún espíritu maligno, o que están en riesgo de posesión.
El sacerdote Rogelio Cano asegura que el problema ha aumentado por la influencia de algunos medios de comunicación, que promueven conductas poco religiosas.
Una muestra, según la Iglesia, es que el demonio que más aparece en México es el de la lujuria. "Está extendido por todas partes, es el que más problemas de conducta nos ha causado", aseguró Cano.