La presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, acompañada por Rosana Alvarado y Marcela Aguiñaga, primera y segunda vicepresidentas, respectivamente, participaron de una ceremonia simbólica en Alausí, provincia de Chimborazo, en donde el pueblo indígena les confió el “bastón de mando” y les transmitió sus buenos deseos por una acertada gestión al frente del Parlamento.
El evento se realizó en la Plazoleta “Guayaquil”, en la ciudad andina de Alausí, en donde se congregaron decenas de campesinos e indígenas, así como autoridades de la provincia. Además concurrieron, como invitados, 21 asambleístas.
En este sitio, un médico ancestral, así como mujeres representantes de las comunidades de la zona, realizaron un ritual simbólico, en medio de flores, frutas y hierbas curativas. También rociaron perfume a las tres autoridades del Parlamento, con el objeto de bendecir con las fuerzas de la naturaleza, como es la cosmovisión de los pueblos andinos, su labor frente al Poder Legislativo.
Luego del ritual, Manuel Vargas, alcalde de Alausí y representante del pueblo indígena de esta zona, entregó a Gabriela Rivadeneira un cetro simbólico o bastón de mando indígena, como muestra de confianza a la gestión de las tres mujeres que lideran el Parlamento. Además fueron investidas con el atuendo indígena tradicional de Chimborazo.
La presidenta de la Asamblea Nacional agradeció el apoyo de los pueblos indígenas y expresó que éstos han mantenido luchas y conquistas históricas por sus derechos. En este ámbito destacó los acuerdos para aprobar la Ley de Aguas, que permite la regulación del Estado e impide su privatización. Hizo a la vez un llamado para alcanzar acuerdos, en la consulta prelegislativa para aprobar la Ley de Tierras que en pleno siglo XXI termine con los latifundios improductivos y permita la producción bajo el concepto de soberanía alimentaria.
«¿Cómo construir y hacer que las carreteras, el agua potable, la salud, la educación, los sistemas de producción, la revolución agraria sean realidad en cada territorio de la patria?», preguntó, al señalar que se podrá alcanzar estos objetivos «solamente trabajando en unidad, identificándonos todas y todos como parte de un mismo país».
La primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Rosana Alvarado, manifestó que el Ecuador no puede olvidar que en el pasado, el Congreso Nacional aprobaba leyes solamente en beneficio de las élites y los grupos de poder. “Somos el resultado de la historia que no puede ser olvidada, aunque algunos quieran borrar los capítulos de la memoria, hoy tenemos que consolidar una historia de libertad”, precisó.
Por su parte, la segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Marcela Aguiñaga, expresó que la voluntad popular es la que lleva a la aprobación de leyes que reduzcan la inequidad. Al mismo tiempo, agradeció al pueblo de Alausí por el voto de confianza, lo que compromete más a las autoridades de la Asamblea. “Ese país de antaño, al que no queremos regresar seguirá en la senda de prosperidad solamente con el apoyo de ustedes”, manifestó.
En el evento intervinieron además la asambleísta Rosa Elvira Muñoz, el prefecto Mariano Curicama, el gobernador Hermuy Calle y el presidente de la Asociación de Municipalidades de Chimborazo, Lenin Tito.
COMENTARIO: El laicismo implica una separación y neutralidad del Estado respecto a las religiones o creencias particulares. Así pues esta identificación de las autoridades representates de la Asamblea Nacional con una cosmovisión particular es tan vulneradora de la laicidad, como la defensa de la visita del papa Bergoglio por parte del Presidente o del Alcalde de Lima.