No importa la fe partidaria. Hay en todos los niveles, incluso en la Casa Rosada. Cercanía personal, motivación espiritual y hasta consejos de gestión.
La paráfrasis del dicho popular confirma que detrás de las figuras más destacadas de la clase política no solo hay parejas, allegados o asesores en temas coyunturales, sino también “gurúes” religiosos que inspiran desde lo personal y, en casos, llegan a incidir en decisiones de gobierno. No siempre se ven o tienen despachos, pero están tanto en la Casa Rosada como en el Congreso, las sedes provinciales y también en concejos e intendencias municipales.
A excepción de la izquierda, que levanta la bandera del laicismo radical, la dirigencia argentina no reniega ni esconde tener una o un coach religioso de proximidad. En algunos casos, acompañan en lo estrictamente familiar y son oído ante las vicisitudes de la vida, en particular en tiempos de pandemia; en otros, son confesores o motivadores políticos desde la fe y algunos llegan a tener una influencia supina en las decisiones de sus hijos espirituales.
Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y Mauricio Macri tienen o han tenido una guía o sostén espiritual en su haber.
El Presidente no cuenta con una persona que cuadre en esa definición, aunque en su entorno reconocen que tiene “mucha cercanía” y habla habitualmente con el obispo villero Gustavo Carrara y con sacerdotes que trabajan y viven en los barrios populares; un vínculo que, aseguran en la Iglesia, quedó “golpeado” a raíz de la legalización del aborto y la gestión oficial de la crisis sanitaria. No obstante, un cura consultado por Letra P matizó: “Desde la fe no nos negamos a escuchar al que necesita, sea quién sea y venga de donde venga”.
El caso de CFK es más tangible, aunque no se exhiba públicamente. La vicepresidente tiene como referente o consultor espiritual al sacerdote Juan Carlos Molina, a quien conoció por su tarea social en Santa Cruz y luego, en 2013, nombró al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), cargo por el que le fueron suspendidas sus licencias ministeriales y al que renunció en mayo de 2015, polémica mediante, por su defensa de la no criminalización del consumo de drogas.
“Cristina tiene con él comunicación permanente; la ha acompañado en momentos difíciles de su vida”, admiten en su círculo estrecho. Molina también es consultado en estas lides espirituales y políticas por la gobernadora santacruceña, Alicia Kirchner.
Macri rompe los esquemas tradicionales. Ha optado hace algunos años por una maestra o «armonizadora espiritual» budista. Conocida con el apodo de “Cris”, el expresidente ha acudido a sus terapias armonizadoras en los tiempos más complejos de su gestión de gobierno.
A esta guía en la filosofía kármica, que tiene su espacio zen en el barrio porteño de Belgrano, también se le atribuye haber influenciado en las decisiones del entonces primer mandatario. Entre otras, dilatar la salida de Jorge Triaca como ministro de Trabajo pese al escándalo con su exempleada doméstica, que denunció que estaba contratada en forma irregular y figuraba en los registros oficiales como personal de una filial del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
El expresidente ha llegado a contagiar esta elección espiritual al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien ha reconocido haber incursionado en esas terapias orientales en algún momento o haber quedado impactado con libros de maestros budistas, más allá de su confesa fe católica.
En medio de la campaña para las elecciones legislativas de 2021, los asesores religiosos también se ponen a tono y, sin importar la fe partidaria, anhelan convertirse en “guías espirituales” de eventuales candidatos o candidatas. Los evangélicos pentecostales son los más activos, aunque las federaciones cristianas guardan con recelo los nombres de los pastores que asesoran a figuras políticas.
“Son datos privados en relación con la pastoral a funcionarios”, respondió a Letra P una calificada fuente institucional. No obstante, un pastor evangélico más verborrágico le puso grieta y punto de interés partidario al precisar que “a Mauricio, a Horacio y a María Eugenia (Vidal), seguro. Del PJ no hay de primeras líneas”.
Fuentes de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina afirman que su acompañamiento espiritual está más ligado a intendencias que al ámbito nacional; aunque en este caso la consulta hecha por Letra P derivó en ejemplos concretos: el pastor Carlos Forteza con el exintendente de Chacabuco (Buenos Aires) y actual vicepresidente de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse), Darío Golía, o la pastora Mariana Beux Beux con el intendente de Gaiman (Chubut), Darío James.Popurri espiritual
Vidal fue otra que consultaba a los curas villeros o, por lo menos, lo hacía cuando era gobernadora. Ella misma dijo haber tenido una “revelación política” al conversar con el sacerdote matancero Basilicio Brítez, fallecido en agosto de 2020 como consecuencia del coronavirus.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa (Frente de Todos), suele escuchar los consejos espirituales del obispo de Río Gallegos (Santa Cruz), Jorge García Cuerva, a quien conoció cuando todavía era cura en las villas del municipio de Tigre.
Máximo Kirchner, jefe de la bancada oficialista en la Cámara baja y líder de La Cámpora, no se manifiesta afin a lo religioso, pero ha cultivado cierta afinidad con el sacerdote Nicolás Angelotti tras una visita que le hizo a raíz de una amenaza de muerte que el cura villero sufrió de grupos narcos en octubre de 2020.
El senador nacional Esteban Bullrich (Juntos por el Cambio), de fe católica práctica, se ha cobijado espiritualmente en la comunidad parroquial de San Isidro Labrador, del barrio porteño de Saavedra, en particular desde que hizo público que padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad que provoca parálisis muscular de manera progresiva. En este sentido, el legislador dijo, en una entrevista reciente, que se “emocionó” al hablar de la importancia de la fe con CKF.