El Ministerio del Interior de Arabia Saudí ha prohibido un total de 50 nombres "extranjeros", relacionados con la realeza y considerados blasfemos, ya que, a ojos de la monarquía wahabí, contraviene la cultura o la religión del reino y su uso es "inapropiado".
Algunos de los nombres censurados son muy habituales entre las poblaciones chiíes y árabes suníes, como son el caso de Abdul Nabi y Abdul Husaín, por lo que sus significados varían en función de la rama del Islam que se profese. En el caso de Abdul, en árabe, significa 'devoto de' o 'esclavo de', mientras que Nabi o Rasool significan 'profeta' y 'mensajero'.
El argumento esgrimido por Riad para prohibir estos nombres, algunos de ellos muy extendidos entre la comunidad musulmana, es que entran en conflicto con la figura de Dios, que cuenta con los atributos, por ejemplo, de 'devoción', 'profeta' y 'mensajero'.
La otra terna de nombres prohibidos denotan connotaciones reales, ligados a títulos reales como Sumuw que quiere decir 'alteza', Malek que significa 'rey' o su femenino, Malika, 'reina'. Aunque algunos son bastante frecuentes, otros como Malak ('ángel'), Amir ('príncipe'), Abdul Naser o Jibreel (Gabriel) no están muy extendidos entre los musulmanes.
Linda, Alice, Sandy, Elaine, Lauren, Binyamin o Sitav son nombres extranjeros o equivalentes de foráneos que, a partir de ahora, los padres y madres saudíes no podrán poner a sus hijos. La lista de nombres completa ha sido difundida recientemente por varios medios saudíes y citada por el periódico Gulf News.
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