Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
Comentarios del Observatorio
- Es una grave tergiversación del principio de laicidad institucional entender que por prohibirse a representantes públicos participar en actos religiosos en calidad de su cargo, no puedan hacerlo a título personal.
- El respeto a la laicidad implica que si una persona que ostenta un cargo público quiere asistir a un acto religioso, debe hacerlo a título personal, no luciendo las insignias que posea por su cargo (medallas, bastones de mando…) ni ocupando en estos actos ninguna posición de privilegio que se le conceda por su cargo público.
- Si una persona quiere ocupar una posición destacada en, por ejemplo, una procesión de una cofradía católica, que se haga cofrade y haga méritos para ello.
Esta alcaldesa suya de cada día no tiene nada mejor que hacer en favor de los gijoneses que poner en marcha el llamado Reglamento de Laicidad, que prohibirá taxativamente acudir a actos religiosos a los ediles. Esto significa sin duda alguna coartar la libertad de las personas, sean concejales o fontaneros, y constituye una imposición sectaria.
Siempre tuve la duda con esta señorona de que realmente pretendiese gobernar para todos los gijoneses y cada día lo confirmo más. Le importan un comino la mayoría de ciudadanos que no comparten sus ideas, no, perdón, sus tontunas cotidianas y siempre acabamos pagando las consecuencias, léase ‘cascayu’ y otras zarandajas.
Dedíquese la corregidora el poco tiempo que le queda, por que la repudiará su propio partido para las próximas elecciones municipales, a gobernar o, casi mejor, apártese y deje que gobiernen los que saben y quieren.
Si repasamos los tres años de la foránea, observamos que están salpicados de desventuras sectaristas e individualistas, como su odio incesante a la Iglesia y lo que representa, como cambiar nombres de calles por que no son de los ‘suyos’, como desterrar los toros, como decir que los hombres son animales, ¿por qué será?, o como mantener el hermanamiento con una ciudad rusa claramente posicionada a favor de Putín. Además de que los proyectos que estaban parados como el metrotrén, el plan de vías y la estación central, la nueva sede policial, etcétera, siguen más que parados. En fin, regidora, que no regia, no se preocupe, en Gijón no la echaremos en falta y rezaremos para que así sea.