Las feministas nicas se sumaron al Tren de la Libertad mediante un plantón frente a la Embajada de España, a la que entregaron un pronunciamiento contra el anteproyecto de ley que impulsa Gallardón
Un retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos en España representará un nuevo obstáculo en la lucha por la despenalización del aborto en Nicaragua, ya que será utilizado como argumento por los lobbies anti-elección locales
“¿Y ustedes qué hacen protestando contra las leyes españolas, si en Nicaragua el aborto es ilegal en todos los supuestos?”, les cuestionó el embajador de España en el país centroamericano a las feministas que fueron a entregarle el pasado viernes un pronunciamiento contra el anteproyecto de reforma de la ley del aborto. “Precisamente porque sabemos lo que ocurre cuando se limita el derecho al aborto, nos solidarizamos con las mujeres españolas”, le contestaron. –
Medio centenar de activistas de diversos colectivos de mujeres se plantaron frente a la Embajada de España en Managua para exigir al Gobierno español que mantenga la ley de plazos que permite desde el 2010 abortar sin dar explicaciones durante las primeras 14 semanas de embarazo. Al grito de ‘Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo’, con pancartas, matracas y un trenecito de cartón preparado para la ocasión, las manifestantes exigieron a los Gobiernos nica y español que respeten el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas: “Bien sabemos las nicaragüenses que la consecuencia de penalizar el aborto es someter a las mujeres a intervenciones que ponen sus vidas en riesgo y a tratos crueles e inhumanos.
En el pronunciamiento entregado al embajador, las nicas contextualizaron la llamada ley Gallardón en “un clima hostil contra los derechos de las mujeres y la creciente injerencia de los grupos fundamentalistas religiosos tanto en España como en la mayoría de países de América Latina, incluida Nicaragua”. Las organizadoras resaltaron además que un retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos en España representará un nuevo obstáculo en la lucha por la despenalización del aborto en Nicaragua, ya que será utilizado como argumento por los lobbies anti-elección locales.
El aborto terapéutico fue derogado en 2007, a iniciativa del Gobierno del FSLN en unión con los partidos conservadores. Nicaragua es el país latinoamericano con mayor tasa de embarazos en niñas y adolescentes. Mientras que estos embarazos se ocultan en el sistema sanitario (las cifras se basan en cuántas mujeres reconocen haber dado a luz siendo menores de edad), el presidente Daniel Ortega y la influyente primera dama y jefa de comunicación del Gobierno, Rosario Murillo, “han logrado naturalizarlos”, denunciaron las feministas durante el encuentro nacional que celebraron recientemente en Matagalpa. Un ejemplo fue la utilización que la pareja presidencial hizo del caso de una niña de 12 años embarazada tras ser violada, y obligada a dar a luz pese a presentar síntomas de preeclampsia e hipertensión. Murillo, responsable de la campaña electoral de su esposo, afirmó que ese nacimiento “es un milagro, un signo de Dios”.
En el plantón frente a la embajada de España, las feministas reclamaron que los gobiernos respeten los principios de un Estado laico, garante de los derechos humanos. Aunque la Constitución nicaragüense establece que el Estado no tiene ninguna religión oficial, a partir de la alianza del sandinismo con la Iglesia católica, la retórica religiosa ha ido ganando peso en el discurso del Gobierno, hasta consolidar el lema “Nicaragua: cristiana, socialista y solidaria”.
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