El gobierno del PJD de Marruecos (Partido de la Justicia y el Desarrollo), liderado por Benkiran, está preparando un nuevo proyecto de ley (Proyecto de Ley 103.13) para luchar contra la violencia de género. Si bien una de las novedades más significativas de la reforma constitucional de 2011 fue la apuesta por la igualdad entre hombres y mujeres (especificado en el Artículo 19 de la nueva Constitución), la materialización de la igualdad de oportunidades aún es un reto en el reino alauita. La discriminación hacia las mujeres continua siendo una realidad demasiado visible en Marruecos en todos los ámbitos: económico, social, educativo o laboral.
En 1993, Marruecos ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, en sus siglas en inglés), pero mostró reticencias hacia algunos puntos que entraban en contradicción con la ley islámica. En 2008, todas estas reservas fueron eliminadas y desde entonces, el país intenta avanzar en materia de género para alcanzar una igualdad tangible entre hombres y mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado.
La nueva legislación pretende incidir en la violencia psicológica y económica, además de la física, a la que algunas mujeres deben hacer frente día a día. De este modo, será motivo de sanción (hasta 300 euros de multa) insultar a una mujer en la calle o arruinar su reputación (hecho que puede comportar hasta dos años de cárcel).
El gobierno marroquí busca, con la adopción de estas medidas, construir una sociedad más igualitaria, libre de discriminación y apostar de manera definitiva por la eliminación de todas las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres.
El “NO” de los movimientos feministas
Los principales movimientos feministas del reino, sin embargo, se han mostrado muy descontentos con el nuevo proyecto de ley, puesto que lo consideran un paso atrás. La Federación de la Liga Democrática de Derechos de las Mujeres, (FLDDF en sus siglas en francés), publicó en noviembre un comunicado donde expone su malestar al no haber sido consultadas durante la redacción del texto y pide al gobierno un diálogo participativo para abordar los principales puntos del proyecto de ley.
La FLDDL también critica la incoherencia del texto, la ausencia de un enfoque exclusivamente de género y la poca incidencia que se hace en temas de prevención, protección y toma de conciencia de la lacra que supone la violencia de género en Marruecos.
Para analizar en profundidad el borrador de la ley, se ha creado una comisión que abordará los puntos más conflictivos. Sin embargo, las asociaciones feministas marroquíes ya han avanzado que no están de acuerdo ni con el contenido, ni la forma, ni la estructura del texto.
Ante la presión de la opinión popular, el gobierno de Benkirane se ha comprometido a revisar el proyecto de ley y a escuchar las observaciones de las asociaciones feministas y de la sociedad civil.
Queralt Castillo
Consultora de comunicación en materia de género y salud materno infantil