Cierto aire de esperanza refrescó ayer las celdas que encierran a unos 200 presos políticos en las cárceles de Cuba. Su situación estuvo sobre la mesa durante la inédita reunión que el miércoles mantuvieron el presidente, Raúl Castro, y los más altos jerarcas de la Iglesia católica en la isla. Y ayer el presidente de la Conferencia Episcopal, Dionisio García, lo confirmó: «Ese tema se tocó y de ambas partes hay disposición, deseo de que se resuelva y esperamos que sea así. Creo que será así».
Monseñor García, arzobispo de Santiago de Cuba, que participó en el encuentro con el mandatario junto al cardenal Jaime Ortega, destacó incluso la actitud de Raúl Castro de cara a «resolver la situación y el problema» de los presos políticos. Aunque al ser consultado sobre un eventual acuerdo para una pronta liberación de reos, el representante de los obispos católicos precisó: «Será un proceso, y ese proceso tiene que comenzar con pequeños pasos y esos pasos se darán». «Llegamos al deseo de que esos pasos se den, hay buena voluntad y nosotros lo esperamos- La conversación fue en esa línea», subrayó Dionisio García en sus declaraciones telefónicas a la agencia France Presse.
El prelado recordó que la situación de los prisioneros es una inquietud constante de la Iglesia, pero reconoció que la muerte del opositor Orlando Zapata, el pasado 23 de febrero tras 85 días de huelga de hambre, supuso un punto de inflexión y que «se habló de la necesidad de un entendimiento, de un diálogo».
«MUY CORDIAL» / «Es un tema que ha estado presente en las últimas semanas», confirmó el arzobispo, que calificó de «muy cordial» la reunión con Raúl Castro. La más reciente mediación de la Iglesia llevó al Gobierno a permitir a las Damas de Blanco, esposas de presos políticos, manifestarse en las calles de La Habana para reclamar la liberación de sus familiares. La líder del grupo disidente, Laura Pollán, también consideró ayer el encuentro de Castro con la jerarquía católica «muy importante de cara a la libertad de presos».
Los obispos no pudieron, en cambio, disuadir al psicólogo y periodista Guillermo Fariñas, hospitalizado desde marzo en Santa Clara, en el centro de la isla, de continuar la huelga de hambre que inició tras la muerte de Orlando Zapata.
El diario Granma dio cuenta ayer de la reunión con un escueto comunicado que resaltaba «el favorable desarrollo de las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado cubano». Las esperanzas se centran ahora en la visita, del 16 al 20 de junio, del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti, quien se reunirá con las autoridades en conmemoración de los 75 años de relaciones entre la Santa Sede y la isla, y presidirá la Semana Social Católica.