Azpeitia y Urretxu se han unido a la lista de municipios como Eibar, Eskoriatza, Zarautz y Legazpi que han regulado la celebración de los funerales civiles para satisfacer la demanda de espacios donde celebrar estos ritos fuera de la tradición cat
Los funerales civiles van ganando adeptos, no sólo entre la población, sino también entre los ayuntamientos. Los municipios ven cómo crece la demanda de espacios específicos para dar el último adiós a los seres queridos sin tener que recurrir a los ritos católicos.
El Ayuntamiento de Legazpi fue pionero el verano pasado en dotar a la localidad de una ordenanza reguladora para la celebración de despedidas y homenajes civiles, incluyendo los bautizos. Le siguieron Zarautz, Eskoriatza, Urretxu, cuya ordenanza se publicó en el Boletín Oficial de Gipuzkoa el pasado 15 de enero, y Azpeitia, que aprobó su norma el pasado jueves en el Pleno. Sin olvidar a Eibar, un pueblo que ya desde hace años apoya este tipo de celebraciones.
Las normativas responden a una misma motivación, como dejan claro los preámbulos que repiten esquema en la mayoría de las ordenanzas. "En un Estado aconfesional y laico, las instituciones deben garantizar la libertad ideológica, religiosa y de culto", afirma la normativa. "La realización de funerales u homenajes civiles por fallecimiento nace de la necesidad social de ofrecer una ceremonia digna y personal a aquellas ciudadanas y ciudadanos que han escogido vivir sin la religión", continúa.
Edurne Zubia, trabajadora social de Azpeitia, reitera esa demanda creciente. "Estábamos viendo que cada vez era más frecuente el deseo de hacer una despedida que no fuera religiosa, dar un adiós a alguien de otra manera", señaló a este periódico tras la decisión adoptada por el Pleno del Ayuntamiento.
Concretamente, en este municipio han llegado diversas solicitudes particulares de personas interesadas en celebrar un funeral civil, así que, desde el Consistorio, se decidió que había que seguir el ejemplo de los municipios citados. "La ordenanza es parecida", afirmó Zubia.
Espacios
Frontones, cines, plazas e, incluso, museos
A falta de que el Ayuntamiento construya un lugar específico, de momento se cede a todo aquel que desea una despedida civil el local Betharram -donde se proyectan las películas de cine-. Cuando éste está ocupado, se les cita en la torre Enparan.
El local, según precisó la trabajadora social, se cede de manera gratuita, aunque "será la familia la que lleve lo que necesite para la ceremonia y adapte la sala con música y fotos". Eso sí, está prohibido que sea un rito de cuerpo presente, salvo si se llevan las cenizas tras ser incinerado. La celebración no puede exceder los 45 minutos y debe adaptarse al horario previsto: de 18.00 a 20.00 horas, entre semana, y de 10.00 a 12.00 horas, los fines de semana. Lo que todavía no se han planteado, al contrario de lo que ocurre en Legazpi, es celebrar bautizos civiles.
En Urretxu, localidad que también acaba de incorporarse a la moda de los funerales civiles, no se concreta lugar alguno para llevar a cabo el rito. Será el responsable municipal quien, en ese momento, "determinará el local del Ayuntamiento en el que haya de celebrarse el funeral u homenaje civil". El horario, en cambio, sí está previsto, de 9.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas.
Como en otros casos, la solicitud para organizar un rito civil debe concretarse en el Ayuntamiento, adjuntando la identificación de quien hace la petición, así como la del difunto, el certificado de defunción, la fecha y la hora en que se celebrará el rito y el material que se precise: megafonía, mesas, sillas, etcétera. Todo lo necesario, en definitiva, para despedirse de un ser querido que no profesó creencia en vida.
Algunos municipios ya concretan espacios específicos para este tipo de usos, como el caso de Zarautz, donde la normativa los otorga a Villa Munda o las salas multiusos de Etxezabala. Eskoriatza, sin embargo, amplía la lista de espacios al museo Ibarraundi, la plaza Santa Marina, la plaza Eduardo Gorosarri y el frontón municipal. Eibar, por ejemplo, construyó un quiosco multiusos en Txantxa Zelai, conocido como Txikito de Eibar, y que suele albergar este tipo de celebraciones.