En pleno siglo XXl, viven discriminadas en un país que las silencia, que les obliga por ley a seguir un estricto código de vestimenta, que las repudia si son solteras
Apenas queda rastro de luz más allá de la ventana cuando el reloj de mi teléfono marca las 20:05. Escribo esto mientras la radio anuncia que tenemos por delante una de las noches más gélidas del invierno. Me pregunto, por curiosidad, qué hora será en Teherán y si allí sigue lloviendo como imagino. Dice Google que el tiempo es seco y frío en ese país cuando pasan las diez de la noche, pero intuyo que, de alguna forma, el cielo no ha dejado de convulsionar ni un solo día desde la muerte de la joven Mahsa Amini, el pasado septiembre, tras ser detenida por la policía por no cubrir adecuadamente su pelo con el hiyab.